Brasilia, EFE.- Los bancos Bradesco, Itaú y Santander presentaron este miércoles una serie de propuestas para promover el desarrollo sustentado de la Amazonía brasileña, que enfrenta este año una nueva amenaza de incendios y devastación.
Los tres mayores bancos privados del país integran un grupo de influyentes empresas que en las últimas semanas han mostrado gran preocupación con el aumento de los focos de fuego en la Amazonía brasileña, que pueden presagiar una situación similar a la del año pasado, cuando ocurrieron los peores incendios en una década.
Según una nota conjunta, las propuestas fueron enviadas este miércoles a un consejo intergubernamental volcado al cuidado del mayor pulmón vegetal del planeta y que dirige el vicepresidente del país, Hamilton Mourao.
Entre ellas, se sugieren medidas para la conservación ambiental, el desarrollo de una economía verde, la promoción de inversiones en infraestructuras sustentadas y mayores garantías para los derechos de la población amazónica, en buena medida compuesta por indígenas.
También se propone estimular las cadenas de producción de cacao, castañas y frutas amazónicas y la creación de unas líneas especiales de crédito para inversiones en energía, viviendas, saneamiento, y hasta en el tendido de redes de internet en la región amazónica.
“Con una unión de esfuerzos, conseguiremos hacer más por esa región, que tiene un valor inestimable no sólo para el país, sino para todo el planeta”, consideró en una nota emitida por los tres bancos el presidente del Santander Brasil, Sérgio Rial.
Según Octavio de Lazari Junior, presidente del Bradesco, es necesario “dar pasos concretos para convertir los discursos en una realidad” y “la protección de la Amazonía es parte de las respuestas correctas para un mundo de dudas e incertidumbres”.
El presidente del banco Itaú, Candido Bracher, se dijo convencido de que las tres entidades financieras son capaces de desarrollar una acción “complementaria e integrada, con gran potencial para generar un impacto positivo en la región amazónica”.
En las últimas semanas, tanto grandes empresas que operan en el país como importantes fondos de inversión globales han manifestado su preocupación con las amenazas al medioambiente en la Amazonía y, hasta en algunos casos, han amenazado con revisar sus posiciones en Brasil.
A la posibilidad de que este año se repitan los vastos incendios que el año pasado alarmaron al mundo, se suma un constante aumento de los índices de deforestación detectado tanto por organismos del Gobierno como por grupos ecologistas que vigilan la región.
Según un informe difundido la semana pasada por el Instituto del Hombre y Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon, no gubernamental), en el primer semestre de este año la región perdió 2.544 kilómetros cuadrados de selva, una cifra superior en un 24 % a la que se había registrado en el mismo período de 2019.