Aunque los perros y gatos se han convertidos por siglos en los mejores compañeros de vida para las personas, y ahora más por el confinamiento de la pandemia alrededor del mundo sobre todo en países de Europa y los Estados Unidos, los extremos de muchos dueños han llegado a comparar a los animales como humanos, una conducta que vienen desarrollándose al pasar los años conocido como Antropomorfismo.
Para la psicóloga Angie Santana, los animales siente alegría, miedos, razona, recuerda y tiene una química muy especial con nosotros; pero al tenerlos todo el día en brazos como si fuera un bebé puede hacer que pierdan su propia identidad y que terminen sintiéndose frustrados, ansiosos e inseguros.
Durante un panel realizado en el programa Nuria Investigación, expertos señalaron que la humanización de los animales lejos de ser una actividad desequilibrada y saludable, es una actividad que afecta tanto al animal como a la persona dado que el animal se ve alterado en el o en ella, sus conductas y en la persona pues pasa lo que yo llamo una trampa cognitiva que es el hecho de tu darle un significado o una connotación distorsionar a un hecho o a un contexto.
Famosos de la televisión han vestido a sus mascotas como ellos. Parecen casi personas por su ropa, sus gestos e incluso sus miradas, generando que el perro termine creyéndose superior y que no quiera socializar con otros canes, lo que puede restar calidad a su vida.
Pero la humanización de los perros ha trascendido a celebraciones de cumpleaños, matrimonios arreglados entre canes de la misma raza, viajar en primera clase en los aviones, paseos en coches para bebés, cenas en la mesa, fiestas, cuentas en Instagram y Facebook, seguros de vida y servicios funerarios, son algunas de las rutinas Cosmopolitan que se ha visto desarrollada para algunos animales.
Para el veterinario Alejandro Martínez, la conducta de los dueños de los perros ha trascendido la línea de lo extremo, debido a que hay personas que han adoptado el antropomorfismo a tal grado que además de la lista ya mencionada, los humanos suelen alimentar a sus mascotas, como si fuesen un niño hasta sentándolos en la misma mesa de sus casas o restaurantes, trayendo repercusión negativo en la salud de los canes y gatos.
“Ay propietarios que quieren bañar a los perros todos los días, quieren llevar a la especie canina o felina como si fuese la especie humana y lamentablemente; son especies diferentes”, indicó.
La etimología del concepto y la revisión cronológica de su uso sugiere que la tendencia a humanizar las cosas no es una desviación millennial, o una práctica desequilibrada del estilo de vida de los humanos del siglo 21. Los perros y los gatos son los hijos anhelados del cosmopolitismo del siglo XXI, o por lo menos así lo hacen ver los millennials, una generación que no quiere tener hijos propios pero sí mascotas.
Actualmente es común escuchar que varias personas piensan no tener hijos y mejor adoptar una mascota o, también, considerarlas parte de su familia y llamarlas “perrhijos”. Por ejemplo, desde el año 2000, varios jóvenes mexicanos han preferido adoptar animales que tener hijos, acción que ha disminuido el número de nacimientos en México, según reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Especialistas consideran que no se puede comparar a una mascota con un hijo humano, ya que el amor de madre o padre es mayor que el que se le tiene un animal, debido a que los perros no son sustitutos de ellos, sin embargo, estos son seres que dependen de la familia humana al 100%, por lo que llegan a ser responsabilidad e hijos de otra especie.
“Dentro del punto de vista psicológico estamos totalmente de acuerdo que el trato adecuado, amoroso, el trato respetuoso y empático que debemos tener a los animales tiene que tener su límite, porque esto pudiera causar efectos muy lamentables a largo plazo”, indicó la psicóloga Angie Santana.
Uno de los casos más recientes es el de Choupette, la gata del diseñador Karl Lagerfeld, quien fue director de la casa de moda Chanel y murió a inicios del 2019. Este minino se convirtió en la heredera universal del “Káiser de la moda”, dueña de contratos de campañas de publicidad, y una suma de 3 millones de euros anuales por su labor como influencer.
Otro caso similar del mundo de la moda es el de Alexander McQueen, diseñador que se suicidó en el 2000 dejando como herederos de su fortuna valuada en cerca de 16 millones de dólares a sus perros. Pero la muerte que más conmocionó a los amantes de la música en inglés, fue el fallecimiento del ¨Rey del Pop¨ Michael Jackson, en junio del 2009, cediendo 2 millones de dólares de su fortuna a su chimpancé ¨Bubbles¨.
Una de las figuras estadounidense y considera una de las mujeres más poderosas e influyentes del mundo, la presentadora y empresaria Oprah Winfrey, aunque aún no ha fallecido, expresó su voluntad de dejar 30 millones de dólares para la manutención de sus tres perros de raza cocker spanish.
“Que dejan cantidad de herencias a su mascota no deben ser juzgadas por nosotros, porque recuerden que mencioné existe la trampa cognitiva, que no es más que yo dar un significado distorsionado a la realidad. Pero lejos de juzgar yo lo que debo de ver ¿qué llevó a esa persona aferrarse tanto al animal”, dijo Santana.
En nuestro país, los animales al no ser personas humanas, no pueden ser signatarios de testamento a su favor, porque no tiene derecho a la propiedad, tal como lo establece el Código Civil que regula las sucesiones y liberaciones donde esta modalidad de transferir la propiedad en favor es sólo para los humanos, no de los animales. Mientras que la Ley 248-12 sobre Protección Animal y Tenencia Responsable; tampoco se refiere a esa modalidad.
“Cuando se redactó el Código Civil se tenía en la mira dos aspectos: primero el aspecto familiar que era muy importante en esa época a nivel de herencia de latifundios, y para prolongar la existencia del legado familiar y el segundo es que en él los animales eran objetos más que seres vivos”, señaló el abogado Remberto Pichardo.
Sin embargo, para el abogado Remberto Pichardo, en el Código Civil existe algunos artículos sobre la creación de contratos, dejando en cierta libertad y potestad a las personas para antes de fallecer puedan dejar en carácter de servicio el cuidado y manutención del animal a un ser cercano.
“A pesar de que hay prohibición en el código civil de hacer negocios en base a sucesiones futuras, no está prohibido hacer cierto tipo de contratación con el fin de acondicionar ciertas cosas luego de la muerte”.
Lo cierto es que la humanización en los perros es un fenómeno cada vez más frecuente en nuestra sociedad y tiene un efecto muy perjudicial, pues les impide tener una vida plena. Por eso, debemos corregir no solo lo que ellos hacen, sino especialmente la forma que nosotros tenemos de tratarles.
“También está el hecho de yo querer tener el control y manipular totalmente el escenario, con esto me refiero es que yo tengo la necesidad de dar y suplir aún más lo que el animal necesita, pero estoy esperando una retribución de fidelidad”, dijo la psicóloga Angie Santana.