Nueva York anunció este domingo el fin del toque de queda impuesto cada noche desde el pasado lunes, tras una nueva jornada de masivas protestas pacíficas contra el racismo y la violencia policial.
“Vamos a levantar el toque de queda, con efecto inmediato”, informó a través de Twitter el alcalde, Bill de Blasio, quien destacó que en la víspera se había visto “lo mejor de nuestra ciudad”.
De Blasio se refería así a un día en el que miles de personas salieron a las calles en todos los distritos de la Gran Manzana para continuar con las movilizaciones iniciadas tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco en Mineápolis (Minesota).
Aunque algunos manifestantes volvieron a desafiar el toque de queda, en esta ocasión la policía permitió que las marchas continuasen sin intervenir, después de haberlo hecho con mucha contundencia otros días.
Según medios locales, la jornada se saldó con unos 80 arrestos, tras los 40 de la víspera, y muy lejos de los más de 700 que llegó a haber el lunes.
“Sigan manteniéndose seguros. Sigan cuidando los unos de los otros”, dijo a sus conciudadanos De Blasio, que en los últimos días estaba siendo presionado por otros cargos demócratas de la ciudad para que pusiese fin al toque de queda.
Para los críticos de la medida, ésta únicamente estaba criminalizando las protestas pacíficas más allá de las 8 de la tarde y llevaba a choques innecesarios entre la policía y los manifestantes.
El toque de queda, el primero en la Gran Manzana en casi 80 años, se estableció el pasado lunes tras varias noches de disturbios y saqueos en medio de las protestas contra la violencia de la policía.
El martes, De Blasio había anunciado que la medida continuaría al menos hasta el domingo, por lo que su decisión adelanta su final en un día.
Nueva York va a iniciar este lunes su reapertura tras el parón para combatir el coronavirus, con una primera fase en la que regresará la construcción, la industria y comercios minoristas para la recogida de pedidos en tienda.
En total, las autoridades calculan que podrían volver a sus puestos unos 400.000 trabajadores, en el primer paso para retomar cierta normalidad tras la pandemia, que ha tenido en la ciudad uno de sus mayores epicentros, con casi 22.000 muertos.
Fuente: EFE