“Horroroso”, manifestó el primer ministro de Quebec, François Legault, sobre el caso de este ancianato, al que acusó de una “gran negligencia”, y ordenó múltiples investigaciones en su contra, incluida una de la policía criminal.
Según el diario Montreal Gazette, los funcionarios de las entidades sanitarias gubernamentales que participaron del rescate encontraron en el lugar un escenario de desolación: pacientes que no habían recibido alimentación en días, pañales desbordados de excremento, y enfermos caídos en el piso.
Buena parte del personal del establecimiento dejó de ir a trabajar por miedo a contraer el COVID-19. No obstante, solo 5 de las 31 personas muertas que se han registrado en este centro de reposo se atribuyen directamente al virus, el resto se encuentran bajo análisis.
“Realmente me dio náuseas”, afirmó Moira Davis, hija de Stanley Pinnell, uno de los fallecidos en Herron el pasado 8 de abril. “Me asusta y me da terror terminar en una de estas residencias, pues tengo 60 años”, agregó con lágrimas en los ojos.
El periódico La Presse, por su parte, reveló que el presidente del grupo propietario de Herron, Samir Chowiera, cumplió una pena de prisión por tráfico de drogas y fraude.
Un demanda colectiva por “trato inhumano y degradante” en nombre de los 130 residentes del centro fue presentada ante la justicia, con un reclamo de indemnización de 5 millones de dólares canadienses, equivalentes a casi 3,6 millones de dólares estadounidenses.
El primer ministro Justin Trudeau, adicionalmente, anunció el envío de 125 funcionarios de salud del ejército para asistir a la provincia de Quebec durante esta crisis en las residencias de retiro.
Sin embargo, esta situación no solo está pasando en Canadá. Lastimosamente, este tipo de discriminaciones contra los adultos mayores se vienen presentando con mucha frecuencia en casi todo el mundo, debido a que la mitad de las muertes ligadas al COVID-19 corresponden a ancianos.
En varios países de Europa, miles de abuelos no han sido registrados en las cifras oficiales de decesos por el brote, ya que las autoridades sanitarias no hacen un seguimiento diario de la mortalidad en los ancianatos, indicó la BBC.