EFE, Nueva York.
Tras las carpas blancas del hospital de campaña para enfermos de COVID-19 que se alza en el icónico Central Park de Nueva York, un equipo médico trabaja contrarreloj con necesidades “comparables” a las de una guerra y, aunque las cifras indican una posible estabilización de contagios, hoy pidieron no bajar la guardia por temor a un “segundo pico”.
El centro de emergencia levantado hace dos semanas por la organización cristiana Samaritan’s Purse, en colaboración con el sistema hospitalario Mount Sinai, “no está en una zona de guerra ni de desastre, pero su nivel de necesidad es comparable: la manera en que trabaja el equipo, el número de pacientes…”, dijo en videoconferencia Elliott Tenpenny, director de su Unidad Sanitaria Internacional.
Con capacidad para 68 pacientes, el hospital establecido sobre la hierba alojaba este jueves a 55, varios de ellos entubados en cuidados intensivos, y esperaba en las próximas horas recibir a una decena más porque el Mount Sinai, con unos 2.000 enfermos de COVID-19 repartidos en toda la ciudad, “está sobrecargado”, agregó Brendan Carr, su presidente de Medicina de Emergencias.
El estado de Nueva York es el epicentro de la pandemia de coronavirus en EE.UU, y la Gran Manzana uno de sus principales focos: de acuerdo a las últimas cifras del ayuntamiento, hay más de 80.000 casos en la ciudad, de ellos 20.000 hospitalizados, y unas 4.000 personas han fallecido, lo que está poniendo en jaque al sistema sanitario y los servicios funerarios.
En el hospital de campaña de Central Park se han dado altas -y “querían quedarse más tiempo para animar a sus vecinos”, según Tenpenny- pero los responsables prevén que las hospitalizaciones continúen y se eleven pese a la posible cercanía del pico, precisamente por la percepción de que lo más duro termina y la llegada de una primavera que no pasa desapercibida en el pulmón de Nueva York.
“Personalmente he estado observando que la gente sale más, algunos negocios también abren, y hay miedo a una reinfección porque no hemos llegado realmente a un pico. El gobernador Andrew Cuomo urge a quedarse en casa, a no salir tan rápido”, indicó el vicepresidente de Programas y Relación Gubernamental de Samaritan’s Purse, Ken Isaacs.
“Creemos que hay un riesgo real de un segundo pico” de coronavirus, admitió este directivo de la organización, que supervisa los proyectos de ayuda internacionales y a lo largo de tres décadas ha trabajado en misiones de emergencia en 120 países.
Por su parte, Carr apuntó que este fin de semana, con los árboles en flor y buen tiempo, se vio a más gente saliendo fuera en un momento en que hay “una ralentización del ritmo al que los pacientes llegan” al Mount Sinai, en buena parte gracias a la imposición del distanciamiento social los últimos días, por lo que advirtió que no hay que “bajar la guardia”.
“Parece que hay una ralentización. Pero los hospitales siguen llenos, no han dejado de ocupar sus espacios y convertirlos en áreas de cuidados intensivos. Pisos que solían estar cerrados están ahora en funcionamiento. Por fuera no lo parece, pero seguimos estando en máxima capacidad”, explicó el directivo médico.
El hospital de campaña, coordinado por ambas instituciones, plantea el reto de albergar pacientes infecciosos en pleno parque, por lo que sus responsables, in situ y ataviados con mascarillas, destacaron el trabajo de su nutrido equipo que abarca desde “la logística y gestión de la cadena de suministro hasta el control y prevención” para “mantener un perímetro” de seguridad.
Asimismo, Isaacs aplaudió que el hospital ha estado incorporando sanitarios “de todas partes” -aparte de licencia médica les requieren compartir “credo”, pero aseguran tener “políticas de no discriminación” en cuanto a pacientes, que además les son derivados del Mount Sinai- y equiparó al personal local con “guerreros luchando en una guerra”.
“La gente se asoma a sus ventanas y aplaude, es un fenómeno mundial. Pero son gente real que está salvando vidas. Los doctores, las enfermeras… están arriesgando sus vidas y poniéndose en peligro. Lo que tenemos aquí es una guerra”, enfatizó.