Desde que estallara la crisis sanitaria llevándose consigo a miles de personas a la vez que a la economía, todos los países miran el calendario en busca de una fecha que suponga la vuelta a la normalidad. Ese momento queda lejos, pero desde los Gobiernos español e italiano, los países europeos más afectados, estudian las fechas de una desescalada de las medidas de confinamiento que permitan al menos reactivar la economía. Italia ya tiene uno que, pese a estar sujeto al avance del virus, podría dar pistas a España para seguir sus pasos.
El pasado miércoles el Gobierno alargó la cuarentena hasta el 13 de abril, aunque se da por hecho que ese no será el día definitivo. El jefe de la Protección Civil, Angelo Borrelli, afirmó hace solo unos días en una radio italiana que el confinamiento durará al menos hasta el 2 mayo y que la reapertura gradual de las actividades podría llegar después del día 16 de ese mes.
Es entonces cuando podría empezar la segunda fase, la de “convivencia con el virus”, que no tiene una duración predefinida ya que dependerá de cómo evolucione entonces la cifra de contagios. De hecho, para la tercera fase no hay siquiera un idea de cuándo puede llegar. Esta última será de la salida definitiva de la emergencia, con el “restablecimiento de la normalidad laboral y social”, en palabras del presidente italiano, Giuseppe Conte.
Será ese el momento de “relanzar la economía” del país, aunque para volver a la vida tal y como la conocemos, la clave, más que en una fecha concreta, estará en la vacuna. “La cercanía como antes de la crisis la tendremos solo con la vacuna o con una terapia fuerte que nos aporte certidumbres sobre la cura”, según Walter Ricciardi, miembro del comité ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y consejero principal del ministerio de Sanidad italiano.
El plan ahora está en el reparto masivo de tests, como ha recomendado la OMS, para identificar a las personas que ya hayan superado el virus, que podrían ser las primeras en volver a lo más parecido a una rutina, y los que no. Las regiones de Véneto y Toscana son las primeras en realizar las pruebas y ya han adquirido más de un millón y medio entre las dos para evaluar a sus ciudadanos.
Italia ha registrado ya un total de 128.948 casos positivos por coronavirus y 15.887 muertos, según el último balance proporcionado por Protección Civil este domingo. Pese a las cifras totales, el número de nuevos fallecidos es el menor desde el pasado 19 de marzo, con 525 muertos.
España realizará tests masivos a la población
En España, las cifras de contagios ya superan a las de Italia, superando los 135.000, aunque los fallecidos siguen por debajo con 13.055. No obstante, sigue pendiente de los pasos del país vecino, donde la epidemia llegó días antes. Como en Italia, España también se vio obligada a ampliar dos semanas el confinamiento, desde el 11 hasta el 26 de abril, y no descarta volver a prorrogarlo, aunque las actividades no esenciales sí se irán reactivando tras la Semana Santa.
Ahora que el número de fallecidos ha alcanzado la cifra más baja de los últimos 10 días, -con 637 muetos por el virus según el balance de este mismo lunes y 674 el domingo-, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido realizar tests masivos a la población, pero con el foco no en los curados, sino en los infectados asintomáticos. La idea de Sánchez es aislar a los que den positivo y no presentes síntomas para evitar que propaguen el virus sin saberlo.
En su reunión telemática con los presidentes autonómicos, el jefe del Ejecutivo solicitó un listado con infraestructuras públicas o privadas que, en un momento dado, sean aptas para acoger a estos pacientes asintomáticos y aislarlos de la población. La lista incluiría tanto hoteles, como polideportivos o auditorios.
Para su detección, desde el Gobierno central harán llegar este mismo lunes cerca de un millón de tests para incrementar el número de pruebas diarias que rondan entre 15 y 20.000, según el ministro Salvador Illa. El resultado de esos tests marcarán las próximas fases.