Ginebra.- El líder del Consejo Internacional de Enfermería (ICN), Howard Catton, admite que la crisis por el COVID-19 es la más grave que esta profesión ha atendido en sus dos siglos de historia, pero al menos servirá para subrayar el rol vital de estos trabajadores, en los que los gobiernos deben invertir más, y destaca que faltan unos 9 millones de enfermeras y enfermeros en todo el mundo.
El enfermero británico es el jefe ejecutivo de esta federación, que agrupa a asociaciones nacionales de más de 130 países, y en una entrevista por videoconferencia a Efe desde su domicilio en Nyon (Suiza) analiza el gran reto que el coronavirus ha planteado a enfermeras y enfermeros a nivel planetario.
PREGUNTA: La enfermería moderna (creada por Florence Nightingale en el siglo XIX) ha sufrido en guerras, epidemias, desastres naturales, pero ¿es esta pandemia, que se ha extendido a prácticamente todo el mundo, su mayor reto?
RESPUESTA: Nunca he conocido una crisis así, y las asociaciones de enfermería que ahora están en la línea de frente afrontan su mayor y más importante emergencia sanitaria. Ha mostrado que la salud influye en la seguridad nacional y hasta en las libertades personales. Espero que esto cambie la forma en que se invierte en salud, en enfermería y otros trabajadores sanitarios. Cuando venzamos a este virus se deben invertir más, formando a más personal de salud. Sería una tragedia que no aprendiéramos la lección.
P: Trágica coincidencia, la pandemia se ha declarado en el Año Internacional de la Enfermería, en el que se quería subrayar el papel de esta profesión…
R: Cierto, ya antes queríamos elevar el perfil de la enfermería, mostrar la importancia de sus cuidados, su compasión, su valentía y coraje. Con el coronavirus hemos visto que las razones para pedir más recursos en este sector son muy poderosas. Ha sido extraordinario ver en países como España o Italia a la gente que sale a los balcones para aplaudir a los trabajadores sanitarios, y esperamos que sigan estando en el centro de la atención global tras la pandemia.
LOS APLAUSOS SIRVEN
P: ¿Sirven de algo esos aplausos?
R: Por supuesto, el reconocimiento de público y esta oleada de apoyo es enormemente útil para sostener a estos profesionales, mantenerles animados, mostrarles que su comunidad está al 110 por ciento con ellos. Es irónico, pero en este tiempo de aislamiento para la gente las comunidades se han unido y han mostrado una solidaridad nunca antes vista. Es una muestra de que en esta gran crisis nadie puede protegerse por sí solo, porque la protección y la seguridad están en manos de toda la comunidad.
P: En líneas generales, ¿cómo ve la situación de los enfermeros en países especialmente afectados por la pandemia, como España, Italia o Estados Unidos?
R: Están sufriendo una presión muy intensa, trabajando muchas horas, a veces teniendo que dormir en los hospitales. Es duro hasta llevar el traje de protección, hemos visto imágenes de cómo les daña las manos o la cara. Y psicológicamente temen contraer el virus, o contagiárselo a sus seres queridos. Muchos enfermeros y enfermeras se alejan de sus familias por ello. A muchos trabajadores esta crisis les dejará cicatrices, y cuando esto termine, cuando hayan dejado de cuidar a otros, les tenemos que cuidar a ellos. Y hay un preocupante alto nivel de infecciones en este personal: en Italia un 9 por cien de los contagiados son sanitarios, y en España entre un 12 y un 14 por ciento. Protegerles es una necesidad moral y ética, pero también esencial para que nos cuiden al resto.
“FALTAN9 MILLONES DE ENFERMERAS/OS Y SU EQUIPAMIENTO
P: ¿Ha mostrado esta crisis que el mundo necesita más profesionales de enfermería?
R. Sí, según nuestros cálculos en el planeta faltan unos nueve millones de enfermeras y enfermeros.
P: ¿Cuán grave es la carencia de equipamiento de protección entre los profesionales sanitarios de los países afectados?
R: Según las cifras de la Organización Mundial de la Salud falta un 40 por ciento del equipamiento necesario, aunque esperamos que haya cierta mejora, ya que se ha pedido a la industria que aumente el ritmo de producción, e incluso compañías de otros sectores se han sumado.
P: Imágenes de enfermeras protegidas con bolsas de basura y otras protecciones improvisadas, ¿muestran la falta de preparación?
R: Cierto, imágenes en España u otros países de trabajadores reutilizando equipamiento, haciéndolo ellos mismos o pidiendo ayuda a empresas muestran la falta de preparación, por lo que cuando todo esto termine todos los países deben hacer mucho más para fortalecer sus sistemas sanitarios.
DEBERÍAN HACERSE TEST MASIVOS A SANITARIOS
P: ¿Deberían hacerse test masivos de COVID-19 a todos los trabajadores sanitarios?
R: Sin duda hay que hacer muchas más pruebas. Fue parte de la estrategia en lugares que han resuelto la crisis con éxito, como China, Corea del Sur o Taiwán.
P: ¿Teme que a partir de ahora se vea a la profesión sanitaria como un oficio de alto riesgo, y ello afecte a las vocaciones?
R: La crisis ha mostrado la valentía que se requiere para este trabajo, las enfermeras y enfermeros dan un paso al frente y se ponen al servicio de otros ahí fuera mientras otros se protegen dentro de sus casas. Sí, puede ser que en el futuro algunos piensen en el futuro que es un oficio peligroso, pero es por ello que hay que invertir en su protección: el equipamiento de seguridad (monos, mascarillas, etc) debe ser accesible, nuestros trabajadores sanitarios deben tenerlo, y han de tener apoyo psicológico, pausas para descansar, sueldos justos. Son lecciones que extraemos del coronavirus, hay que tomar acciones para garantizar que reclutamos futuras generaciones de profesionales de la enfermería y conservamos las que ya tenemos.