Madrid.- La aplicación de topes salariales individuales a largo plazo en el fútbol europeo, similares a los que funcionan en el deporte estadounidense, se perfila como una de las consecuencias de la pandemia del coronavirus, según el experto Carlos Cantó, director ejecutivo de SPSG Consulting y miembro del consejo asesor de la plataforma World Football Summit.
Cantó se mostró partidario de que las competiciones se reanuden, aunque sea a puerta cerrada, siempre y cuando las autoridades garanticen que no hay riesgo para la salud de los jugadores, técnicos y árbitros.
“En la mayoría de los clubes, la principal fuente de ingresos no reside en los estadios y, además, los fans no son sólo los que acuden a los estadios. De esta forma, habría contratos (medios, patrocinadores, etc.) que podrían cumplirse en mayor medida”, apuntó.
Cantó consideró que como en toda crisis, “se abrirá la puerta a nuevas oportunidades”, principalmente los eSports (deportes electrónicos).
“Vamos a ver un crecimiento de las versiones electrónicas de deportes tradicionales y también que la frontera que separa ambos se va a ir diluyendo. Un buen ejemplo lo vimos en el reciente #LaLigaSantanderChallenge o en el Bahrain Virtual Grand Prix, que tuvieron un seguimiento notable en medios deportivos. En ambos participaron deportistas reales, tanto futbolistas como pilotos”, manifestó.
No obstante, en su opinión, los deportes electrónicos deben superar algunos desafíos para poder alcanzar su máximo potencial y se refirió a la audiencia de esta modalidad, que deben monetizar.
“La audiencia de los eSports va a crecer, pero el desafío seguirá siendo monetizar esa audiencia, puesto que de momento estas competiciones han sido en abierto. Según un estudio, el gasto medio anual de un aficionado a los eSports no supera los 5 dólares, mientras que el de fútbol americano o baloncesto se sitúa entre los 160 y los 260 al año por aficionado”, señaló.
WFS recordó que en la situación actual numerosos clubes españoles e internacionales tramitan y estos días Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ante la falta de ingresos económicos y la consecuente incapacidad de hacer frente a sus gastos.
Pese a la estimación de que las pérdidas para la industria deportiva a nivel mundial podrían alcanzar los 60.000 millones de euros, Cantó se mostró optimista ante el futuro de la industria del deporte y recordó que según las estadísticas el 80 por ciento de la población mundial se declara amante del deporte y que eso no cambiará pese a la pandemia. EFE