Santo Domingo, República Dominicana.- Gregorio Bernardo Ortiz en una de esas personas que en la zona del Cibao denominan como “curiosas”, en alusión al alto nivel de creatividad que les acompaña.
Es el creador de un dispositivo llamado “Control de Nivel”, diseñado, preferiblemente, para ser instalado en lugares donde se manejan grandes volúmenes de agua, que ameritan ser tratados para evitar el cúmulo de bacterias y contaminación, en general. El aparato aplica para instalarse, por ejemplo, en presas, industrias y en grandes hoteles, sean estos turísticos o no. “El dispositivo recolecta las aguas cloacales y las envía a diferentes destinos para su tratamiento, evitando que se desborden”, le cuenta el emprendedor al periódico elCaribe.
¿Y de dónde parte la idea?, le pregunta este diario. Su respuesta es que nació de una necesidad y a partir de una experiencia que vivió en una empresa ubicada en Bávaro, provincia La Altagracia. “Hace años sentí la necesidad de hacer algo, partiendo de que he visto cómo se manejan aquí las aguas residuales”, expone. El aparato que ha diseñado Gregorio tiene la capacidad de lograr manejo y control de las aguas por vía de un mismo mecanismo. Con él se pueden controlar varias bombas.
Gregorio participó hace un tiempo en el Concurso de Tecnología Apropiada en Latinoamérica, auspiciado por la Oficina Nacional de la Propiedad Industrial (Onapi) y el Gobierno de Taiwán, en el que obtuvo el segundo puesto, un pergamino a la excelencia y una medalla de reconocimiento a través de la asociación de inventores de todo el mundo. El emprendedor tiene patentizado su invento. Un dispositivo que también aplica para ser usado por los cabildos y empresas de ramos variados. Está en disposición de mostrarlo a las instituciones que manejan el tema agua, tanto en este país como fuera de él. “Aquí tienen lo que he inventado… una herramienta para elevar la calidad de vida de la gente y los sistemas acuíferos”, dice.
“Onapi me está apoyando y ha ido entendiendo que de la necesidad nace la creatividad. Tomando eso en cuenta (lo de la necesidad) sin saberlo me puse a inventar y he hecho este dispositivo. Simplemente queremos ser un canal para que si una empresa local o internacional, si va a realizar alguna infraestructura, tome en cuenta que este dispositivo fue hecho por un dominicano, con calidad y control de calidad”, plantea.
Gregorio ha sido encargado de mantenimiento y el responsable de la observación de los dispositivos existentes en una empresa, que eran controlados por personal físico. “En un momento teníamos mucha gente y se nos desbordó en la madrugada todo el sistema de aguas negras. Eso fue un gran dolor de cabeza. Eso fue en el año 2001 y de ahí nació la necesidad de hacer algo diferente de lo que ya existía”, rememora. El aparato tiene una gama de piezas que lo acompañan. “Este producto está crudo, lo que significa que se puede seguir mejorando de acuerdo a las inversiones que se quieran hacer y las necesidades que se quieran cubrir. Esto se adecua a cualquier medio o planta de tratamiento que usted quiera tratar”, asegura.
A Gregorio le apasiona hablar del tema. Y no lo disimula. “Es para evitar desbordamientos, bacterias y otras cuestiones que viajan a través de las aguas, cuando no hay control de ellas. El dispositivo funciona de manera computarizada y se puede conectar a varios dispositivos”, explica.
Desde su punto de vista, las cosas que los seres humanos comen, beben y respiran ejercen gran influencia sobre ellos, dependiendo el medio geográfico donde se desenvuelven. El aparato de Gregorio puede trabajar a una profundidad de 200 metros y maneja de 100 a 200 bombas de agua.