
Este domingo 23 de marzo, Yoko, el último chimpancé en cautiverio en Colombia, emprenderá un nuevo capítulo en su vida con su traslado al santuario Sorocaba del Proyecto Gran Simio, en São Paulo, Brasil.
Tras pasar siete años en el Bioparque Ukumarí de Pereira, Yoko dejará el país para unirse a otros 50 chimpancés rescatados de situaciones de explotación, como el tráfico de animales y el uso en circos. Su llegada al santuario representa un paso fundamental en su proceso de recuperación y adaptación a un entorno natural, donde podrá interactuar con sus congéneres y alejarse definitivamente del maltrato que sufrió durante años.
Un símbolo de la lucha por los derechos de los animales
Yoko es el único sobreviviente de la tragedia ocurrida en julio de 2023 en el Bioparque Ukumarí, donde sus compañeros Pancho y Chita fueron abatidos tras escapar de su recinto. Este suceso, que conmocionó al país, motivó la apertura de una investigación por parte de la Fiscalía General de la Nación y reforzó la urgencia de garantizar la libertad y bienestar de Yoko. Su caso se convirtió en un emblema de la lucha por los derechos de los animales en Colombia.
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Su rescate fue posible gracias a la gestión de activistas y defensores de la fauna, entre ellos Julio César Salazar, director de la CARDER, y la senadora Andrea Padilla, reconocida por su trabajo en favor de los derechos animales.
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“Hoy celebramos el resultado de una operación extraordinaria que demandó una meticulosa coordinación entre entidades públicas y privadas, un diálogo estratégico con los ministerios de Ambiente y Agricultura de Brasil, la mediación de la embajada de ese país en Colombia y gestiones intensas para tramitar la documentación y recaudar los recursos necesarios”, expresó la senadora Padilla.
Un traslado coordinado y apoyado por múltiples entidades
El costo del traslado, cercano a los 23 mil dólares, fue asumido por Avianca y la CARDER, e incluyó el viaje a Brasil del veterinario que lo atendió en Ukumarí. La Fuerza Aeroespacial Colombiana se encargó del transporte de Yoko desde Pereira hasta Bogotá, donde abordará el vuelo hacia São Paulo.
La operación contó con el respaldo de diversas instituciones estatales, como el Ministerio de Ambiente, el ICA, la Secretaría de Ambiente de Bogotá, la DIAN y la Policía de Aduanas. “Sin la colaboración comprometida de los funcionarios de estas entidades, no habríamos logrado trasladar a Yoko en tiempo récord y con las mejores condiciones”, agregó Padilla.
La historia de Yoko: una vida marcada por el cautiverio
Con 38 años, Yoko es protagonista de una de las historias más impactantes en la defensa de los animales en Colombia. Siendo apenas un bebé, fue capturado por traficantes de fauna silvestre y vendido a un mafioso.
Durante su cautiverio, fue sometido a un proceso de impronta, en el que se le forzó a adoptar comportamientos humanos, alejándolo irreversiblemente de su hábitat natural. Ahora, en el santuario Sorocaba, finalmente tendrá la oportunidad de vivir en un ambiente adecuado junto a otros chimpancés que han pasado por experiencias similares.
Fuente: Semana