
Los recientes documentos desclasificados relacionados con el caso JFK, que fueron dados a conocer el 18 de marzo de 2025, aportan nuevos detalles sobre la injerencia de Fidel Castro y su régimen en Brasil durante la Guerra Fría. Estos archivos, que forman parte de las 88,000 páginas reveladas bajo la Orden Ejecutiva 14176, firmada por el presidente Donald Trump, no solo abren una ventana hacia la historia secreta de Brasil en esa época, sino que también arrojan luz sobre las tensas relaciones entre Estados Unidos y América Latina durante un periodo marcado por la confrontación entre Washington y Moscú.
En este contexto, Cuba jugó un papel clave en la subversión de Brasil antes del golpe de Estado de 1964 que derrocó al presidente João Goulart. El documento revela que Cuba estaba activamente involucrada en actividades subversivas en Brasil, proporcionando fondos, entrenamiento guerrillero y apoyo propagandístico a grupos comunistas y procomunistas. La embajada cubana en Río de Janeiro colaboró estrechamente con las Ligas Campesinas de Francisco Julião, un movimiento que luchaba por la reforma agraria en el noreste de Brasil.
El temor de Estados Unidos a la expansión comunista
Durante la Guerra Fría, Estados Unidos temía que la expansión del comunismo en América Latina, especialmente en Brasil, pudiera alterar el equilibrio de poder en el continente. En respuesta, la Casa Blanca implementó una serie de operaciones de influencia en el país sudamericano, que incluyeron intentos de bloquear eventos considerados subversivos. Un documento fechado en diciembre de 1963 revela cómo el gobierno estadounidense intentó impedir una reunión sindical de la Federación Sindical Unitaria para América Latina que se iba a celebrar en Brasil en 1964, considerada una asamblea fundacional de líderes izquierdistas.
Además, los documentos desclasificados también muestran cómo la CIA intentó influir en la política interna brasileña, utilizando emisoras de propaganda, como la Voz de América, para difundir mensajes contra Cuba y otros países comunistas. Uno de los principales temores de Washington era un acuerdo de aviación civil entre Brasil y Cuba, que facilitaba vuelos entre ambos países y que, según los informes, podrían haber sido utilizados para transportar armas y propaganda a grupos revolucionarios en Brasil.
Cuba y la amenaza de una revolución castrista en Brasil
Los archivos también destacan los esfuerzos de Fidel Castro y su aliado Mao Zedong para expandir su influencia en Brasil. Un telegrama de la CIA detalla cómo ambos dictadores ofrecieron apoyo material y voluntarios al entonces gobernador de Rio Grande do Sul, Leonel Brizola, quien era un ferviente defensor de la democracia y la legalidad en Brasil. Sin embargo, Brizola rechazó esta oferta, temeroso de que la intervención internacional de Cuba pudiera desencadenar una crisis diplomática con Estados Unidos.
Por otro lado, el gobierno cubano también intentó infiltrarse en movimientos sociales y sindicales de Brasil, lo que preocupaba a las autoridades estadounidenses. La CIA observaba de cerca las actividades de Brizola y las Ligas Campesinas, temiendo que estas organizaciones pudieran ser utilizadas por Cuba como plataformas para promover una revolución castrista en el país.
El impacto de los documentos en la historia de Brasil y los Estados Unidos
La publicación de estos documentos desclasificados no solo ofrece una visión más clara de la Guerra Fría y la influencia de Cuba en América Latina, sino que también proporciona un contexto más profundo sobre los eventos previos al golpe militar de 1964 en Brasil. En este sentido, los documentos revelan cómo las tensiones geopolíticas entre las superpotencias de la época afectaron directamente a la política interna de Brasil y cómo el país se convirtió en un campo de batalla ideológico entre los intereses de Estados Unidos y Cuba.
Los archivos también abordan las especulaciones sobre el asesinato de John F. Kennedy, ya que se conoció que Lee Harvey Oswald, el presunto autor del atentado, había viajado a México pocos meses antes del crimen. Durante este viaje, Oswald buscó contactar con la embajada cubana para obtener un visado que le permitiera viajar a la Unión Soviética, lo que alimentó diversas teorías sobre la conexión entre el asesinato de Kennedy y los actores internacionales de la Guerra Fría. Sin embargo, los documentos confirman que Oswald actuó solo, refutando muchas de las teorías conspirativas que han circulado durante años.
Con información de Infobae.
Por: Yari Araujo