Este jueves, el presidente estadounidense Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que busca disminuir significativamente el papel del Departamento de Educación, trasladando más control sobre las decisiones educativas a nivel local y estatal. La medida, que fue una promesa constante durante la campaña electoral de Trump, apunta a limitar la influencia del gobierno federal en el sistema educativo del país.
De acuerdo con una hoja informativa emitida por la Casa Blanca, la iniciativa tiene como objetivo principal devolver la responsabilidad de la educación a las familias, en lugar de a las burocracias gubernamentales. Aunque ha generado preocupaciones sobre el cierre completo del Departamento de Educación, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aclaró que la orden ejecutiva no eliminará por completo la agencia, sino que la “minimizará en gran medida”.
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Las funciones que se mantienen en el Departamento de Educación
El presidente Trump instruyó a la secretaria de Educación, Linda McMahon, para que tome las medidas necesarias para cerrar parcialmente el departamento, asegurando que los servicios educativos esenciales, como las becas Pell y los préstamos estudiantiles, continúen operando. Sin embargo, la gran responsabilidad de la gestión educativa se transferirá a los estados, en línea con la visión de reducir la centralización federal.
Leavitt agregó que los programas como las Becas Pell y los préstamos estudiantiles seguirán siendo gestionados por el Departamento de Educación desde Washington, D.C., pero con los estados asumiendo un papel más activo en la administración de la educación en sus territorios.
Impacto y críticas sobre el estado de la educación en EE.UU.
La administración Trump ha señalado que esta medida responde a los continuos problemas en el sistema educativo estadounidense. De acuerdo con el informe nacional de calificaciones de 2024 (NAEP), los resultados de los exámenes de los estudiantes han mostrado una falta de mejora. Las calificaciones de matemáticas para estudiantes de octavo grado permanecieron estancadas desde 2022, mientras que las calificaciones de lectura disminuyeron en dos puntos en ambos grados, cuarto y octavo.
Además, una encuesta de Gallup reveló que solo el 24% de los estadounidenses están satisfechos con la calidad de la educación en el país, una disminución significativa en comparación con el 37% registrado en 2017.
Retos legislativos y posibles acciones del Congreso
Para llevar a cabo el cierre total del Departamento de Educación, el presidente necesitaría la aprobación del Congreso. Según la Constitución de EE.UU., este proceso requeriría una votación de al menos 60 votos en el Senado, donde actualmente los republicanos tienen 53 escaños. Sin embargo, el representante Thomas Massie, republicano por Kentucky, sugirió usar el proceso de conciliación presupuestaria, que solo necesita 51 votos, para avanzar con esta medida.
Por otro lado, el senador Bill Cassidy, republicano por Luisiana, expresó su apoyo al objetivo del presidente Trump, destacando que el Departamento de Educación ha fracasado en su misión y proponiendo acelerar el proceso legislativo para reducir su tamaño.
Oposición de sindicatos y posibles consecuencias para los estudiantes
La decisión ha recibido duras críticas de parte de organizaciones docentes. Becky Pringle, presidenta de la Asociación Nacional de Educación, advirtió que este movimiento podría tener graves consecuencias para los estudiantes, como el aumento del tamaño de las clases y la eliminación de programas de educación especial para aquellos con discapacidades. Además, alertó sobre el potencial encarecimiento de la educación superior, lo que podría hacerla inaccesible para muchas familias de clase media.
Por su parte, Randi Weingarten, presidenta de la Federación Estadounidense de Maestros, señaló que el sindicato impugnará la orden ejecutiva en los tribunales. “Nos vemos en la corte”, declaró Weingarten, anunciando la intención de la organización de luchar legalmente contra esta medida.
Con información de Infobae.
Por. Yari Araujo
