
El médico veterinario Edward Paulino, de la Dirección Regional Noroeste del Ministerio de Agricultura, confirmó un rebrote de fiebre porcina africana (FPA) en la comunidad de El Pino, Dajabón, una zona que ya había sido afectada anteriormente por esta enfermedad letal para los cerdos.
“Ha resurgido otra vez esta enfermedad porque en ese lugar había un foco activo”, declaró Paulino, quien además informó que el gobierno está distribuyendo desinfectantes a los ganaderos para que limpien las pocilgas y ayuden a contener la propagación del virus.
Acciones oficiales y advertencia a criadores
El veterinario destacó que ya cuentan con la autorización presidencial para enfrentar la peste porcina africana directamente, y exhortó a los criadores a colaborar con las autoridades: “Los productores deben acercarse a nosotros si quieren repoblar, porque no se pagará dos veces por un cerdo a quienes ya fueron indemnizados”, advirtió Paulino.
“El Estado no asumirá nuevas indemnizaciones en zonas donde se advirtió que no se podían criar cerdos”, enfatizó, explicando además que el virus puede sobrevivir más de mil días en la carne de cerdo, lo que complica su erradicación.
Ganaderos afectados exigen ayuda
Los criadores locales reportan pérdidas millonarias debido a la mortandad de cerdos. Delbi de Jesús Rosario afirmó haber perdido unos 38 animales, lo que representa más de 300 mil pesos. “Ellos se ponen tristes, dejan de comer, los inyectamos y no reaccionan, vomitan sangre y mueren”, narró.
Otro productor, Yillo Pérez, manifestó que no ha podido dormir por la preocupación y que sus pérdidas ascienden a 200 mil pesos. Ambos demandaron asistencia urgente de las autoridades.
El ing. Juan Ernesto Fernández, encargado provincial de Agricultura en Dajabón, afirmó estar preocupado por la situación y envió un médico veterinario a la zona para levantar información precisa sobre el impacto.
Historial de la FPA en el país
La FPA afectó la producción porcina nacional en 2021, generando medidas sanitarias severas. Su primer brote en República Dominicana se registró en 1978, obligando al gobierno a sacrificar 1.4 millones de cerdos para evitar su propagación a otros países.
La fiebre porcina africana es altamente contagiosa y letal para los cerdos, pero no afecta a los humanos. Su presencia en el país marcó la primera detección en el continente americano, situación que sigue amenazando la economía de pequeños y medianos productores porcinos.