
El 6 de diciembre de 2024, el pescador peruano Máximo Napa, con más de 30 años de experiencia, salió del puerto de Marcona, en el sur de Perú, en una rutina familiar para él: pescar en las aguas cercanas a su hogar. Sin embargo, diez días después, un fuerte temporal desvió su embarcación y lo dejó a la deriva durante 95 días. Durante este tiempo, la imagen de su madre fue lo que lo mantuvo con vida.
Al ser rescatado el 11 de marzo de 2025, Napa compartió su historia con el canal América Televisión, asegurando que se aferró a la vida por su madre. «Lo único que quiero es llegar a Pisco, a mi madre, porque por ella me aferré a la vida», dijo el hombre de 61 años al recibir el alta médica.
A partir del 21 de diciembre, Napa perdió todo contacto con el mundo. Se encontró a más de 1,000 kilómetros de su punto de partida, en mar ecuatoriano, cuando un gran barco pesquero lo encontró. Su historia de sobrevivencia se difundió rápidamente, llegando a su familia en Ica, desde donde se trasladó para reencontrarse con su madre en una escena muy emotiva.
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El pescador pasó más de dos meses sin víveres. Después de un mes sin comida, sus pensamientos giraban entre su fe y su familia: «Pensé en Dios, en mi madre, en mis hijos, en una nietecita que tengo, porque antes de salir a la pesca la conocí», compartió Napa. Sobrevivió a base de agua de lluvia y lo poco que pudo conseguir: peces, cucarachas y tortugas. «A veces, un pescado subía al bote y eso me lo comía. Un ave, que no sé cuál es, pero me lo comí. Unas cuantas cucarachas por mi bote…», relató.
A su rescate, Napa fue trasladado primero al terminal de Paita, donde se reencontró con su hermano. Luego, fue llevado al hospital de Piura para recibir tratamiento contra la deshidratación. Tras varios días en recuperación, Napa recordó su experiencia a bordo del pequeño bote Catón II, que había sido su refugio durante casi tres meses.
Afortunadamente, su pesadilla terminó cuando un barco pesquero lo localizó gracias a las gaviotas que lo sobrevolaban. Napa celebró su regreso con vida, diciendo: «De nuevo a la vida, Dios me ha dado una oportunidad más».
La increíble supervivencia de Napa es un testimonio de fe, resistencia y de los límites extremos de la supervivencia humana en el mar.
EFE
Por: Itzel Olivo