Este martes, Groenlandia celebró elecciones que han estado marcadas por dos grandes temas: el deseo de independencia y el interés del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por adquirir el territorio.
La isla autónoma danesa tiene alrededor de 41,000 votantes registrados, que podrán emitir su voto hasta las 8 de la noche (hora local). Sin embargo, debido a las difíciles condiciones meteorológicas y la gran extensión del territorio (con un 80% cubierto por hielo), el recuento de votos podría demorar varias horas, como ocurrió en las pasadas elecciones, que finalizaron a las 4:30 a.m. del día siguiente.
Según los últimos sondeos, el partido Inuit Ataqatigiit (IA), del presidente Múte B. Egede, lidera las encuestas con un 31%, por encima del socialdemócrata Siumut, que tiene un 21,9%. Los liberales de Demokraatit duplicarían su apoyo y superarían al centrista Naleraq. En caso de confirmarse estos resultados, el IA y el Siumut podrían formar una nueva coalición de gobierno, similar a la actual.
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Aunque los temas prioritarios durante la campaña han sido la sanidad, educación, vivienda y economía, la cuestión de la independencia de Groenlandia ha estado presente en el debate. La mayoría de los partidos políticos en la isla están a favor de la independencia, pero con diferentes enfoques sobre los plazos y la viabilidad de alcanzarla. El IA, el Siumut y Demokraatit abogan por un proceso gradual de independencia, mientras que el Naleraq propone una ruptura más rápida con Dinamarca.
En medio de estas tensiones, las repetidas propuestas de Trump para comprar Groenlandia han generado un fuerte rechazo. El presidente de Inuit Ataqatigiit, Egede, y otros líderes políticos consideraron estas declaraciones como una falta de respeto. En el último debate televisado, todos los partidos, excepto Qulleq, expresaron su desconfianza en las promesas de Trump. A pesar de eso, el Naleraq considera que un acuerdo con Estados Unidos podría ser útil si se ofrece apoyo económico y seguridad.
Antes de las elecciones, el consulado de EE. UU. en Nuuk intentó contactar a los partidos políticos groenlandeses, lo que fue interpretado por algunos como un intento de influencia externa en el proceso electoral. Sin embargo, el consulado defendió esta acción como una práctica común.
El futuro de Groenlandia está en juego, y los resultados de estas elecciones podrían tener un impacto significativo en la relación con Dinamarca y la independencia del territorio.
EFE
Por: Itzel Olivo
