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Decenas de miles de personas se reunieron el domingo en el estadio principal de Beirut para rendir homenaje a Hassan Nasrallah, exlíder de Hezbollah, quien fue asesinado en un ataque aéreo israelí hace casi cinco meses en el sur de la capital libanesa.
Nasrallah, quien lideró el grupo durante más de 30 años, fue una figura central en Hezbollah, que se ha consolidado como una poderosa fuerza respaldada por Irán en el Oriente Medio. Su muerte fue un duro golpe para el grupo, conocido por su fuerte influencia entre los aliados de Irán en la región.
El ataque aéreo israelí, que dejó más de 80 bombas sobre la principal sala de operaciones de Hezbollah, terminó con la vida de Nasrallah, dejando un vacío dentro del grupo, que ha sido un actor clave en las tensiones con Israel y otras facciones de la región. A pesar de la tragedia, miles de personas, entre ellas funcionarios de alto rango, se reunieron para rendirle un último adiós.
La doliente Sahar al-Attar, quien viajó desde el valle de Bekaa en Líbano, expresó su incredulidad por la pérdida, afirmando que, a pesar del peligro, habría asistido al funeral “incluso bajo balas”. Además de miembros de Hezbollah, se esperaba la presencia de funcionarios iraníes, como el presidente del parlamento, Mohammad Bagher Qalibaf, y el ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, junto con representantes del gobierno libanés.
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Se calculó que unos 800 invitados de 65 países, así como miles de seguidores, asistieron a la ceremonia. El grupo convocó a los asistentes con el mensaje de que “esta resistencia permanecerá y está lista en el campo”, haciendo referencia a su conflicto con Israel. La seguridad en el evento fue reforzada, con el cierre de varias calles y la prohibición de drones en la zona. Las autoridades libanesas también suspendieron temporalmente los vuelos desde el Aeropuerto Internacional Rafik Hariri de Beirut por varias horas.
Nasrallah será enterrado en Beirut, mientras que su primo y sucesor, Hashem Safieddine, quien también fue asesinado en un ataque aéreo israelí, será sepultado en el sur de Líbano. Ambos líderes habían sido sepultados de manera secreta antes de que Hezbollah anunciara los planes para realizar los funerales oficiales.
El funeral se produjo en un contexto de fuertes tensiones para Hezbollah, que sigue enfrentando las consecuencias de su participación en la guerra con Israel de 14 meses. Además, el reciente cambio de régimen en Siria, un aliado clave del grupo, también ha representado un golpe significativo para su influencia en la región.
El mensaje de Hezbollah para el evento fue claro: “Estamos comprometidos con el pacto”. La ceremonia se desarrolló con la esperanza de demostrar que, a pesar de los golpes sufridos, el grupo sigue siendo una fuerza poderosa en el terreno.
AP
Por: Itzel Olivo