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La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) emitió una advertencia sobre un problema de seguridad relacionado con los dispositivos para la diabetes que se conectan a los teléfonos inteligentes. Esta alerta afecta a los monitores continuos de glucosa (CGM), bombas de insulina y sistemas automatizados de administración de insulina.
La FDA explicó que estos dispositivos, que dependen de una aplicación en el teléfono para enviar alertas de seguridad importantes, pueden tener fallos en la configuración de las alertas. Los usuarios tienen la opción de personalizar qué alertas recibir, con qué frecuencia y cómo se envían (por ejemplo, a través de sonido, vibración o solo por texto). Sin embargo, algunos usuarios han reportado que, aunque configuraron las alertas correctamente, estas no se enviaron o no se escucharon.
La falta de atención a estas alertas ha causado graves problemas de salud, como hipoglucemia grave (nivel bajo de azúcar en sangre), hiperglucemia grave (nivel alto de azúcar en sangre), cetoacidosis diabética y, en algunos casos, incluso la muerte.
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La FDA identificó varios problemas que podrían impedir que las alertas lleguen correctamente, como configuraciones de software incorrectas, problemas con permisos de notificación en las aplicaciones, o la activación de la opción “no molestar” o “modo de concentración” en el teléfono. Además, algunos dispositivos conectados, como auriculares inalámbricos o el sistema de audio del automóvil, pueden cambiar el volumen de las alertas o impedir su envío.
La agencia también advirtió que las actualizaciones del sistema operativo del teléfono que no sean compatibles con la aplicación médica pueden afectar el funcionamiento de estos dispositivos.
Courtney Lias, directora de la Oficina de Productos de Diagnóstico In Vitro de la FDA, enfatizó que, aunque estos dispositivos permiten una configuración personalizada de las alertas, los usuarios deben ser muy cuidadosos con la configuración y asegurarse de que las alertas se reciban correctamente.
La FDA recomienda que los usuarios sigan las instrucciones de los fabricantes al instalar o actualizar las aplicaciones médicas en sus teléfonos, y que desactiven las actualizaciones automáticas del sistema operativo hasta confirmar que la aplicación es compatible. Además, se debe revisar las alertas y su configuración al agregar nuevos accesorios o actualizar el sistema operativo del teléfono.
Por último, la FDA aconseja a los usuarios verificar mensualmente que las alertas del teléfono estén configuradas correctamente y que, si no se reciben, contacten con el soporte técnico del dispositivo médico.
Por: Itzel Olivo