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Ingeniero Alemán rompe récord mundial al vivir 120 días bajo agua y demuestra que habitar océanos es posible

El alemán Rudiger Koch pasó los últimos cuatro meses viviendo bajo el agua, rodeado de peces y crustáceos a 11 metros de profundidad, convirtiéndose en la persona que más tiempo ha pasado en esta condición. Con 59 años, Koch rompió el récord de 100 días, establecido en 2023 por el estadounidense Joseph Dituri.

El propósito de este ingeniero aeroespacial no era solo superar el récord, sino demostrar que “vivir en el océano es posible” y que podría ser una alternativa para la humanidad. Koch llevó a cabo su hazaña en un módulo sumergido cerca de Puerto Lindo, en la costa caribeña de Panamá, diseñado por él mismo y convertido en hogar para diversas especies marinas.

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Un hábitat submarino de 30 metros cuadrados

La vivienda submarina de Koch tenía 30 metros cuadrados de espacio, con un tubo vertical que conectaba con una estructura flotante en la superficie. Allí se encontraban los suministros, un sistema de comunicaciones y parte de su equipo de apoyo. Su “hogar” contaba con una cama, internet vía Starlink, computadora y bicicleta estática, aunque enfrentaba limitaciones como la ausencia de ducha y la necesidad de monitorear constantemente la calidad del aire y su salud.

Koch utilizó sensores para medir CO2, temperatura, humedad y signos vitales, datos que también serán útiles para investigadores interesados en los efectos de vivir largos periodos bajo el agua.

Vida entre peces y corales

Las seis ventanas del hábitat ofrecían una vista privilegiada de la vida marina. Koch relató que podía observar bancos de peces y escuchar los chasquidos de crustáceos. La estructura, además, actuó como un arrecife artificial, atrayendo algas, corales y otras especies.

Una hazaña que no hizo solo

Aunque Koch vivía bajo el agua, contó con un equipo de apoyo que le suministraba alimentos y monitoreaba las condiciones climáticas y eléctricas desde la superficie. Además, su proyecto contó con el respaldo de comunidades interesadas en la colonización del océano o seasteading, que promueven la idea de crear comunidades estables en alta mar como solución a problemas de espacio y recursos en la superficie terrestre.

Retos y conclusiones

La experiencia no estuvo exenta de desafíos. Koch mencionó que la humedad, el espacio reducido y la falta de contacto humano constante fueron algunos de los aspectos más difíciles. Sin embargo, logró establecer una rutina y convertir su estancia en una especie de “vida ordinaria” bajo el mar.

El 24 de enero, tras salir del hábitat submarino, Koch celebró con un “puro de la victoria” y expresó su deseo de disfrutar un baño y una ducha real. Para Koch, esta experiencia es una muestra de que los humanos pueden habitar nuevos entornos, como los océanos, abriendo la puerta a soluciones innovadoras para el futuro de la humanidad.

BBC Mundo

Por: Itzel Olivo

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