La innovación tecnológica es clave para el desarrollo de cualquier país, y aunque República Dominicana se encuentra en el puesto 97 de 132 en el índice global de innovación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), aún surgen historias de jóvenes que, a pesar de las carencias, logran transformar el panorama con soluciones disruptivas.
El programa N Investiga presentó la historia de estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y del Politécnico Don Pepe Álvarez en La Vega, que han desarrollado herramientas tecnológicas con el potencial de revolucionar la medicina y áreas como la ingeniería, microbiología y la robótica.
Todo gran avance comienza con una necesidad. Este es el caso de tres jóvenes estudiantes de Física de la UASD, que, con la visión de uno de ellos, dieron inicio a la creación de un programa capaz de ayudar a laboratoristas y médicos en los resultados de pruebas microscópicas mediante un algoritmo de última generación.
Uno de los estudiantes, Gabriel Barrero, explica: “En este tipo de imágenes que son bien específicas, iba a haber un ingrediente de intensidad, al menos, tan suficientemente grande para poder determinar qué es un contorno y qué no. Dije, wow, qué chulo, me senté ahí el primer sketch del código y luego le escribí a mi compañero para compartir mi idea”.
El resultado de su esfuerzo es el Microstructures Analysis Program (MAP), un software diseñado para acelerar y automatizar los análisis microscópicos en diversas áreas, como la medicina, la ingeniería y la agricultura.
El MAP tiene el potencial, según los creadores, de mejorar la precisión y eficiencia en áreas clave. En medicina, puede clasificar células para detectar cáncer; en agricultura, identificar plagas; y en ingeniería, analizar microchips”.
Saúl Enrique Maldonado, otro estudiante, expone: “Entender esas imágenes que toman los microscopios es ridículamente difícil, tanto para nosotros como para una computadora. Entonces, usualmente lo que la gente hace es contar las cosas a mano.”
“Tú puedes contar los glóbulos que hay en la sangre, tú puedes contar las partículas que hay en una muestra y caracterizarlas. Ellas tienen un área tal y ellas tienen tales características. Las computadoras no pueden hacerlo con mucha precisión. Sin embargo, ahora, esas cosas tan raras que vemos en el mundo pequeño, en el mundo microscópico, finalmente las computadoras pueden entenderla”.
Aunque el programa aún se encuentra en fase beta tienen la esperanza de llevarlo a la fase alpha y comenzar a comercializarlo en laboratorios biomédicos y de nanotecnología, ya que este programa es capaz de disminuir el tiempo de entrega de resultados médicos.
“Normalmente se sacaba para analizar la imagen de 4 a 6 meses. Nosotros lo probamos y pudimos tener una comparación que en varios días le pudimos dar resultado, generalmente con nuestro programa”, expresa Maldonado.
“Eso nos dio algo de capital de semilla para nosotros proceder. Hemos también obtenido un poco de ayuda de la UASD, me refiero un poco de ayuda financiera porque, de hecho, yo considero que la UASD ha sido bastante benevolente para con nosotros en varios sentidos”, añade.
Recientemente, estos estudiantes participaron en el concurso de emprendedores del Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCyT), donde lograron ganar el segundo lugar, acercándolos cada vez más a su meta, que es transformar la medicina y otras áreas con su innovadora creación.
“Realmente no hay otra universidad donde yo pudiera haber estudiado que yo estudio. Yo trabajo aquí en la Universidad de Incierto de Física y como comenté, siempre se me ha dado mucho apoyo. Hay limitantes, sí, una universidad pública, son de esperarse, pero generalmente agradezco a la Universidad de sus autoridades”, manifiesta Barrero.
Proyectos innovadores
A pesar de las dificultades, estos jóvenes siguen adelante, demostrando que la educación y la tecnología pueden ser las herramientas que nos permitan construir un futuro más prometedor, tal es el caso de los estudiantes del Politécnico Don Pepe Álvarez en La Vega, donde jóvenes cursan el bachiller técnico profesional, presentaron tres proyectos innovadores que buscan transformar áreas clave de la vida cotidiana mediante la robótica educativa.
Estos proyectos, que abordan temas tan relevantes como la educación vial, la purificación de agua y la gestión de comunicaciones, reflejan el compromiso de los jóvenes por encontrar soluciones tecnológicas a problemas sociales.
Uno de los proyectos más destacados es una propuesta de educación vial, diseñada a través de la robótica para ayudar a reducir los accidentes de tránsito, mejorar la circulación vehicular y optimizar la gestión de los espacios de estacionamiento.
“Los estudiantes tuvieron la idea de aportar soluciones viales debido a un accidente que afectó a uno de sus compañeros”, dice Duari Peña, estudiante.
La purificación de agua, otro de los proyectos presentados, tiene como propósito utilizar la tecnología para mejorar el acceso a agua potable en comunidades vulnerables. Este sistema automatizado puede ser implementado en zonas rurales y urbanas donde el suministro de agua potable es limitado, ofreciendo una solución viable y de bajo costo para mejorar la calidad de vida de muchas familias.
Finalmente, los estudiantes también mostraron un sistema de central telefónica inteligente con el sistema VOIP, pensado para agilizar la comunicación en sectores clave como la salud y la educación.
Este proyecto tiene el potencial de optimizar los recursos en empresas y servicios públicos, asegurando una mejor conectividad y una gestión más eficiente de las llamadas y solicitudes. Este conocimiento dado a los estudiantes a través de sus maestros les da las herramientas y el impulso para convertirse en profesionales en una carrera técnica que los apasiona.
Importancia de los proyectos
Estos proyectos representan un claro ejemplo de cómo la educación técnica y la innovación pueden contribuir a la solución de problemas sociales reales. Estos estudiantes están demostrando que, con creatividad y trabajo en equipo, es posible generar un impacto positivo en diferentes sectores de la sociedad.
El profesor Róbinson Ruiz concluyó: “Es fundamental que nuestros estudiantes tengan la oportunidad de trabajar en proyectos que no solo desarrollen sus habilidades tecnológicas, sino que también los sensibilicen sobre la importancia de usar la tecnología para mejorar la vida de las personas y que ellos, al salir del politécnico, tengan oportunidades laborales”.