Tegucigalpa, Honduras.- La violencia en Honduras alcanzó cifras alarmantes en 2024, con más de 600 jóvenes y niños asesinados. La brutalidad de los crímenes, incluidos casos de desmembramiento, refleja un panorama devastador. Las causas detrás de esta tragedia son multifactoriales, pero todas apuntan a una crisis de derechos humanos y una falta de estrategias efectivas por parte del Estado.
La “alta incidencia” de muertes de niñas, niños y jóvenes en Honduras “es muy lamentable”, refleja la “debilidad del sistema” y subraya la necesidad de “revisar” las estrategias implementadas para prevenir la violencia en el país centroamericano, dijo a EFE Ana Calderón, representante de la Red de Instituciones por los Derechos de la Niñez (Coiproden).
FACTORES QUE IMPULSAN LA VIOLENCIA EN HONDURAS.-
Expertos señalan que la violencia en Honduras tiene raíces profundas y múltiples. Entre los factores más destacados se encuentran:
-Impunidad y corrupción: Las instituciones débiles permiten que los crímenes queden sin castigo.
-Pobreza extrema: La falta de oportunidades incrementa la vulnerabilidad de los jóvenes.
-Crimen organizado y narcotráfico: Grupos delictivos aprovechan la falta de control estatal para expandir su influencia.
-Reclutamiento forzado: Niños y adolescentes son obligados a unirse a pandillas bajo amenaza de muerte.
LA INEFICACIA DEL SISTEMA DE PROTECCIÓN INFANTIL.-
Según Ana Calderón, representante de Coiproden, la debilidad del sistema de protección infantil en Honduras es evidente. Las estrategias actuales no abordan las causas estructurales de la violencia ni garantizan la seguridad de los menores. Esto exige una revisión profunda de las políticas existentes y una asignación efectiva de recursos.
RECLUTAMIENTO FORZADO: UNA AMENAZA LATENTE.-
El reclutamiento forzado de niños y jóvenes por parte de pandillas y organizaciones criminales es una problemática crítica. Estos menores, enfrentados a amenazas y violencia, se ven atrapados en un ciclo de criminalidad que perpetúa el problema. Este fenómeno, como indica Calderón, requiere la atención urgente de tanto el gobierno como la sociedad civil.
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LA NECESIDAD DE COORDINACIÓN INTERINSTITUCIONAL.-
Para abordar la violencia contra niños y jóvenes, se debe fortalecer la coordinación entre entidades estatales y organizaciones no gubernamentales. Iniciativas como el Sistema Nacional de Protección a la Niñez y Adolescencia, junto con los consejos departamentales y municipales, deben contar con recursos adecuados y una planificación estratégica clara.
UN LLAMADO A LA ACCIÓN FRENTE AL AUMENTO DE LA VIOLENCIA.-
Cándida Maradiaga, coordinadora de la Defensoría de la Niñez en Conadeh, subraya que la violencia no solo persiste, sino que se ha intensificado en los últimos años. Las medidas actuales no han generado resultados contundentes, y la normalización de la violencia en el país plantea un grave desafío.
EL IMPACTO DE LA VIOLENCIA EN LA JUVENTUD.-
El recrudecimiento de la violencia en Honduras no solo afecta directamente a las víctimas, sino que también deja una marca profunda en sus familias y comunidades. La falta de acceso a justicia, la exposición a traumas y el miedo constante generan un entorno hostil para el desarrollo de los jóvenes.
PROPUESTAS PARA REDUCIR LA VIOLENCIA EN HONDURAS.-
Para combatir la violencia y proteger a la niñez y juventud en Honduras, los expertos recomiendan:
-Inversión en educación: Ofrecer alternativas educativas y laborales para alejar a los jóvenes del crimen.
-Fortalecimiento institucional: Crear un sistema de justicia más efectivo que reduzca la impunidad.
-Programas de prevención: Desarrollar iniciativas comunitarias que fomenten la paz y la convivencia.
-Atención psicosocial: Brindar apoyo emocional a las víctimas y sus familias.
