Máximo Castillo Salas aspira a presidir nuevamente la Cámara de Cuentas (como ya lo hizo entre 2003 y 2006) o por lo menos a integrar el pleno de ese organismo fiscalizador. Para esto, se volvió a someter a una evaluación por parte de los diputados que tienen a su cargo esa tarea.
La experiencia juega a su favor. En el 2002 fue vicepresidente de la Cámara de Cuentas y, al año siguiente, pasó a presidirla. Al mismo tiempo, presidió el Tribunal Superior Administrativo y la Organización Centroamericana y del Caribe de Entidades Fiscalizadoras Superiores.
Ha escrito sobre el tema de la fiscalización nacional y la crisis que sacude al organismo. Produjo un libro al respecto y ha seguido capacitándose.
Al ser evaluado, expuso sus propuestas:
-Reducir la elevada mora de fiscalización y control, modernizando la institución y aumentando la cantidad de los auditores y capacitándolos
-Aunar la tecnología con la capacitación humana
-Regionalizar la Cámara de Cuentas. De este modo, los auditores estarían más cerca de los entes auditables
-Internacionalizar la institución, manteniéndola activa en la región y el Caribe
-Retomar la labor normativa, reglamentando y creando las normas correspondientes. Destaca dos normas necesarias: la reglamentación de la declaración jurada de los funcionarios públicos y el protocolo para la relación interinstitucional de los entes auditables