La cláusula o “candado” presidencial puesto en la reciente reforma constitucional garantiza la alternancia en el ejercicio del poder, y por tanto aleja el fantasma del continuismo tradicional de los gobernantes. Será la “nota estrella” de la reforma, y solo por eso valió la pena tocar la Constitución.
Es el criterio del jurista Olivo Rodríguez Huertas, catedrático y exembajador en España. Dijo que le hubiera gustado que se fijara en cuatro años la inamovilidad del ahora fiscal general del Estado, y no en dos como finalmente se aprobó en la reforma. Por cierto, lamentó que todavía no se garantice la solvencia financiera del Ministerio Público.
Para él sería una “espada de Damocles” el hecho de la renovación de dicho funcionario cada dos años, dado que hay fiscales subordinados al fiscal general y que votan por igual en el Consejo Superior del Ministerio Público. Esto podría crearle “debilidades” a dicho funcionario.
Sin embargo, juzgó como “inteligente” encomendarle al Consejo Nacional de la Magistratura la designación del nuevo fiscal general del Estado.
La manzana de la discordia en La Vega
Entrevistado en el programa El Día, por Telesistema, Rodríguez Huertas consideró que el nuevo alcalde de La Vega no debe ser escogido por elecciones, puesto que la reforma constitucional deja ese tema en manos de los legisladores, que son los que deben definir el mecanismo para llenar esa vacante municipal. Ese es el espíritu de la nueva reforma.