Por Marc Mejía
La filmación de producciones audiovisuales en Republica Dominicana ha cobrado fuerza y se ha convertido en un motor económico vital, generado más de 25,000 empleos en los últimos tres años, de los cuales un 55% son ocupados por mujeres.
Esto fue expuesto durante una reunión de emergencia convocada por la Asociación Dominicana de Profesionales del Cine (ADOCINE), ante los crecientes rumores de una posible modificación a la Ley de Cine dentro de una reforma fiscal que el gobierno dominicano está preparando.
El objetivo fue trazar una línea de acción unificada para proteger los avances logrados en la última década y crear conciencia sobre los impactos económicos y sociales que esta ley ha generado en la República Dominicana.
En esta reunión, las principales figuras de la industria del cine, desde productores hasta representantes de los actores e instituciones académicas de cine, dejaron clara la importancia de defender la Ley de Cine frente a cualquier posible modificación que pudiera poner en riesgo su efectividad.
Hans García, presidente de ADOCINE, anunció que la asociación ya ha realizado encuentros con ministros del gobierno para demostrar el crecimiento real de la industria cinematográfica dominicana. Durante la reunión, García presentó el informe con datos concretos a los presentes, reafirmando el impacto positivo que ha tenido la ley en términos de inversión y generación de empleo.
Además de Hans García, en la mesa principal se encontraban importantes representantes del sector, como Humberto (Che) José Castellanos, representante de los productores de cine; Zumaya Cordero, representante de los distribuidores y exhibidores de cine; Iván Reynoso, ex presidente de ADOCINE; Tanya Valette, representante de las escuelas de cine; Augusto Feria, representante de los actores de cine; y Albert Martínez Martín, representante de los estudios de cine.
Por otro lado, cineastas y figuras del público como José María Cabral, Nashla Bogaert, Ico Abréu, Danilo Reynoso, Frank Perozo y Miguel Céspedes también hicieron sus apreciaciones, sumándose al consenso general sobre la necesidad de preservar la Ley de Cine para asegurar el futuro de la industria cinematográfica dominicana.
Desde su promulgación en 2010, la Ley 108-10 ha transformado la industria cinematográfica dominicana, atrayendo tanto producciones nacionales como internacionales. A lo largo de estos años, se han filmado 437 producciones dominicanas y 373 extranjeras, lo que ha generado un flujo constante de inversiones millonarias, creación de empleo y crecimiento económico en múltiples sectores. Sin embargo, cualquier alteración a esta ley podría tener un impacto devastador en una industria que ha demostrado ser uno de los sectores más dinámicos y en expansión del país.
Un aspecto clave que hace destacar a la industria cinematográfica es su capacidad de autoregulación, un compromiso que pocos sectores o ninguno pueden mostrar. Conscientes de la necesidad de garantizar la transparencia y la optimización de los recursos, los gremios han implementado medidas para limitar el gasto en las producciones, estableciendo techos presupuestarios de 75 millones de pesos para películas de ficción y 25 millones para documentales. Esto no solo refleja el compromiso del sector con su sostenibilidad a largo plazo, sino que también resalta su responsabilidad con el país.
El cine: Generador de empleo y motor económico
Uno de los logros más tangibles de la Ley de Cine ha sido su capacidad para generar empleos en una amplia gama de sectores. En los últimos dos años, la industria ha creado más de 25,000 empleos, de los cuales un 55% han sido ocupados por mujeres, marcando un avance significativo en términos de inclusión y equidad de género. Estos empleos no solo abarcan a directores y actores, sino que incluyen a carpinteros, sastres, técnicos, choferes, empresas de catering, seguridad y muchos más, destacando el amplio impacto que tiene el cine en la economía.
El éxito de la industria no se mide únicamente por la cantidad de personas que asisten a las salas de cine, sino por el impacto económico indirecto que cada producción genera. Cada rodaje activa una cadena de valor que beneficia a múltiples sectores: hoteles llenos, servicios de transporte contratados, catering alimentando al equipo de producción, e incluso cuando las películas llegan a las salas, siguen aportando a través de imprentas para el material promocional y el consumo de palomitas de maíz en los cines. En 2023, se vendieron 4 millones de boletos, con un 20% dedicados a películas dominicanas, pero lo más relevante es que ese año se estrenaron 27 películas nacionales, y para 2024 se espera un récord de 32 producciones.
El cine ha generado inversiones que fortalecen la economía local, especialmente en áreas rurales donde muchas producciones se llevan a cabo. En 2023, la inversión internacional en cine superó los RD$ 12,817 millones, representando más del 1% del PIB del país. Estas inversiones no solo dinamizan la economía en el corto plazo, sino que también generan empleos productivos y riqueza en las comunidades, con su consecuente generación de impuestos. Alrededor del 88% de los proveedores contratados por la industria son micro y pequeñas empresas, lo que demuestra cómo el cine fomenta el entorno empresarial y contribuye a combatir la pobreza en las regiones donde se realizan las filmaciones.
Formación de talento y profesionalización
La Ley de Cine no solo ha transformado la industria en términos económicos, sino que también ha sido fundamental para la formación de talento local. Antes de su promulgación, muy pocas instituciones ofrecían programas especializados en cine. Hoy en día, universidades como la UASD, PUCMM, INTEC y la Escuela de Diseño Chavón cuentan con programas que han permitido a más de 700 estudiantes formarse en este ámbito. Desde la creación de la ley, más de 795 profesionales se han graduado, lo que garantiza que el país cuente con el talento necesario para seguir produciendo contenido de alta calidad.
El cine dominicano también ha logrado destacar en el panorama internacional, con películas que han participado y ganado premios en festivales internacionales de renombre, lo que eleva el perfil del país como un destino fílmico de alto nivel y proyecta a los talentos dominicanos en el escenario global.
Unión para defender una industria en crecimiento
Uno de los puntos clave de la reunión fue el llamado a la unidad entre todos los sectores que componen la industria cinematográfica. Se destacó que, aunque existen diferencias, todos deben trabajar juntos para proteger la Ley de Cine y asegurar que el sector continúe siendo una fuente de empleo, divisas y desarrollo para la República Dominicana. La industria ha demostrado ser organizada, inclusiva y productiva, y la defensa de lo logrado es crucial en este momento.
Conclusión del encuentro: Proteger el futuro del cine en la República Dominicana
La Ley 108-10 ha sido el motor que ha impulsado la transformación de la industria cinematográfica en la República Dominicana, no solo por los empleos y las inversiones que ha generado, sino por su profundo impacto cultural, social y económico en todo el país. Cualquier modificación a esta ley podría poner en riesgo una industria que aún está en pleno crecimiento, pero que tiene un potencial inmenso para seguir contribuyendo al desarrollo nacional.
El cine dominicano es mucho más que entretenimiento: es un motor económico, una herramienta de transformación social y un pilar esencial para la identidad y el desarrollo del país. Como se destacó durante la reunión convocada por ADOCINE, la taquilla no define la industria; lo que verdaderamente la define es el impacto económico y social que genera, la forma en que mueve comunidades, empleos y sueños. Durante estos días, la industria utilizará las consignas en redes sociales #SinLeyNoHayCine y #YoHagoCineRD para dar a conocer su postura, reafirmando que esta ley debe ser preservada y cuidada, no solo por el gobierno, sino por todos aquellos que forman parte de ella.
Como dijo el destacado gestor cultural Freddy Ginebra: “Cuando enseñas a un joven a soñar, sacas un delincuente de la calle”. El cine no solo proyecta historias en la pantalla, sino que también construye futuro, oportunidades y sueños, transformando vidas y comunidades enteras.
Además, en el sitio web www.cinedominicano.com se están publicando artículos y notas con datos concretos que muestran el crecimiento real de la industria cinematográfica en el país. Invitamos a todos a visitar el portal, informarse y apoyar este movimiento que no solo pretende fortalecer la economía monetaria del país, sino también la economía naranja, esa fuerza creativa que, aunque muchos desconocen, es uno de los pilares más valiosos para el desarrollo cultural y económico de una nación.
La industria cinematográfica dominicana está preparada para defender su futuro. Unidos, los profesionales del cine han demostrado que esta ley no es solo un marco legal, sino una plataforma que impulsa el talento, la cultura y el desarrollo económico del país. Preservar esta ley no es solo un acto de protección, sino un compromiso con el futuro del cine y del país mismo.