La salud de las uñas no solo sirve un propósito estético, sino también es un indicativo del estado de salud general. Las uñas sanas suelen ser fuertes, lisas y de color uniforme. Sin embargo, la aparición de líneas o surcos puede ser un signo de desequilibrios internos o condiciones médicas subyacentes.
Estas rayas varían en apariencia y pueden ser causadas por factores como deficiencias nutricionales, traumatismos repetitivos o enfermedades sistémicas. Es importante observar cualquier cambio en las uñas y consultar a un profesional de la salud si se observan líneas nuevas o persistentes. Detectar las causas subyacentes es esencial para identificar y tratar problemas de salud potencialmente serios en una etapa temprana.
Las posibles causas de las uñas rayadas
Una de las principales causas de los surcos o líneas en las uñas son los traumatismos. Al golpear las uñas contra objetos duros se pueden generar deformaciones en su superficie. Las rayas verticales pueden aparecer debido a factores como la edad avanzada, piel seca o eccema, y hasta el hipotiroidismo, que provoca una debilidad general en las uñas.
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Por otro lado, la deficiencia de ciertos nutrientes también puede generar líneas en las uñas, ya que su composición estructural se encuentra comprometida.
¿Qué déficit nutricional tengo con las uñas rayadas?
Los expertos de la Cleveland Clinic comentan que “la deficiencia de zinc puede causar líneas de Beau y manchas blancas en las uñas. La deficiencia de hierro puede causar crestas verticales de las uñas y koilonychia (uñas de cuchara)”.
Por otro lado, la vitamina B12, al contribuir a la formación de glóbulos rojos, puede tener ciertos efectos en las uñas. Si los niveles de este nutriente están bajos en el organismo, es posible que la oxigenación del área no sea la suficiente y, en consecuencia, se noten cambios en la fortaleza de las uñas.
¿Qué enfermedades pueden significar las uñas rayadas?
Una de las condiciones que presenta rayas en las uñas es llamada “líneas de Beau”. Se muestran como surcos horizontales y pueden ser causados por una interrupción del crecimiento de las uñas. Desde Mayo Clinic explican que esto puede surgir a partir de infecciones, diabetes, afecciones que influyan en la circulación de la sangre (enfermedad vascular periférica), deficiencia de zinc, enfermedades que hayan causado una fiebre muy alta y algunos medicamentos como los utilizados en la quimioterapia.
Como se mencionó previamente, el hipotiroidismo, es decir, la producción insuficiente de hormonas tiroideas, también puede mostrarse a través de debilidad y rayas verticales en las uñas.
Cómo puedo eliminar las rayas de mis uñas
Primero se debe consultar a un médico para entender la causa de las líneas en las uñas y poder abordar un tratamiento adecuado. Esto puede incluir el control de la diabetes y el hipotiroidismo a través de medicamentos, o suplementos de los minerales y vitaminas deficientes.
Una vez que se descartaron las causas patológicas o de nutrición, se pueden intentar métodos como la hidratación de la uña y las cutículas con cremas humectantes. Esto es una solución para aquellas personas quienes tienen una piel seca que afecta el crecimiento de las uñas.
Cuándo acudir al médico por las uñas rayadas
Ante cualquier cambio, ya sea abrupto o gradual, en la forma, estructura o coloración de las uñas se debe consultar a un profesional de la salud para que evalúe si existe una condición subyacente. Es importante prestarle atención a esta parte del cuerpo, ya que puede poner en evidencia una amplia variedad de problemas de salud.
5 consejos para mantener la salud de las uñas
Mantener la salud de las uñas es fundamental para el bienestar general, ya que estas no solo cumplen funciones estéticas, sino también prácticas. Las uñas sanas son indicativas de una salud equilibrada. Cambios en su apariencia pueden reflejar signos tempranos de afecciones subyacentes. Cuidarlas adecuadamente ayuda a prevenir posibles complicaciones que podrían surgir debido a condiciones como infecciones o lesiones.
Evitar morderse las uñas: realizar esta acción puede dañar la estructura y lastimar el lecho ungueal (la piel que se encuentra por debajo de las uñas), lo que permitiría el ingreso de bacterias u hongos.
Utilizar guantes para limpiar: los productos de limpieza pueden resecar y lastimar tanto la uña como la piel circundante, por lo que se debe proteger el área para evitar complicaciones.
No utilizar esmaltes u otros productos de manera constante: esto también puede secar las uñas.
Cortarse las uñas con elementos que tengan una higiene adecuada: si los alicates no están lo suficientemente limpios, pueden causar infecciones ungulares.
No cortarse la cutícula: al retirar la parte seca es posible lastimar tejido vivo y permitir el ingreso de microorganismos infecciosos.
(Infobae)