En el año 2014, N Investiga presentó un trabajo donde revelaba las precariedades del Hospital Tomasina Valdez de Palenque, San Cristóbal; 10 años después continúan las denuncias sobre el mal estado y falta de servicios básicos.
N Investiga volvió al Hospital para verificar el estado actual de dicha instalación y elaboró un reportaje donde presenta el antes y después del mismo, pero todo sigue en condiciones deplorables: aparatos dañados, falta de ambulancia y servicios muy básicos.
Inaugurado en 1994, el Hospital Municipal Tomasina Valdez, está bajo la clasificación de segundo nivel, es decir que está llamado a garantizar la atención de menor complejidad con régimen de internamiento. Ofrecen especialidades y servicios que van desde cirugía general, ginecología, obstetricia, odontología, laboratorio hasta sonografía. Sin embargo, hay que ver en cuáles condiciones se prestan estas atenciones, empezando por algo básico y que ya había sido denunciado en 2014.
En ese año, Ramón Avíncola, perdió a su hermano por falta de una ambulancia. “El que no tiene RD$4,000 O RD$5,000 para pagar un acarreo de noche, se le muere el paciente. Como a mí se me murió un hermano porque no había una ambulancia ahí para montar el tanque de oxígeno junto con mi hermano”, expresó.
La directora de entonces, la doctora María Bautista, justificó lo sucedido diciendo que “esas son cosas se escapan de mis manos, porque esas son cosas del Ministerio de Salud Pública. Nosotros estamos haciendo diligencia precisamente en el día. Hace una semana, el Casilla, El pelotero, un pelotero de aquí de Juan Varón, me donó una ambulancia. Estamos en espera de ella”.
Diez años después, se escuchan quejas similares. Maridania Avíncola, residente en Palenque dice que “por medio a la ambulancia han muerto muchísimas personas. Incluso hubo una vez que hubo una niña que se murió ahí porque estábamos esperando el 911 y llegó tarde”.
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Tal y como había manifestado la entonces directora del hospital, en 2014, el pelotero Willy Casilla donó una ambulancia pero apenas tres años después, en 2017, decenas de personas hicieron un piquete en el hospital debido a que llevaba varias semanas varada por falta de neumáticos. Ocho años después, esa ambulancia dañada está arrumbada en la explanada frontal del centro, que da la bienvenida al hospital.
Mientras ocurren casos como la niña que murió de dengue y el más reciente, el 14 de junio de este año o cuando Julio Cesar Angomás llegó al hospital con una herida abierta en el cráneo a la 1:30 de la madrugada y duró ocho horas en una camilla desangrándose a espera de la ambulancia para el traslado al Hospital Regional Juan Pablo Nina en San Cristóbal.
Tanto antes como ahora, los recursos resultan insuficientes para suplir las necesidades de un hospital cuyo personal médico es integrado por 130 personas y que no solo atiende a las más de 30 mil residentes en Palenque, sino en zonas aledañas como Don Gregorio, Najayo y Yaguate.
Pero la falta de una ambulancia no es la única deficiencia denunciada en 2014 que se mantiene. En aquella ocasión se observaron espacios con falta de pintura, camas rotas y, algo muy peligroso, la camilla de una de las salas de cirugía que debe ser totalmente estéril, con la esponja de relleno hacia afuera y las ventanas abiertas. Falta de bombillos, planta eléctrica, sabanas, comida, agua, falta de equipos, tan elementales como electrocauterio.
Todo un caldo de cultivo para la contaminación. Una realidad no muy distante a la actual. “Si tú entras al hospital y recorre los pasillos, y los cuartos, te das cuenta que ni camillas hay. Antes tu entrabas y hallabas las camillas tendidas con sábanas y ni eso hay”, expresó Dionis Aquino, residente en la zona.
Y así fue comprobado por el equipo de N Investiga al entrar a una de las salas de hospitalización del hospital en cuestión. La sala de pre y post-parto en condiciones igual de deplorables a las encontradas en el 2014, camas y colchones rotos, falta de pintura, gavetas rotas y oxidadas.
El director Hospital Tomasina Valdez, doctor Edwin Tejeda Pimentel, atribuye la falta de algunos materiales a la sustracción indebida por parte de los usuarios. “¿Tú sabes qué pasa con las sábanas? Que los usuarios se las llevan. Lamentablemente, nosotros le ponemos sábanas y si llega una paciente a ingresarse, pues se lleva su paciente con todo y sabanas. Se llevan los bombillos. Si nosotros no tenemos seguridad, seguridad militar, no tenemos en los hospitales. Si tenemos seguridad civil. O sea, los porteros funcionan como seguridad en su turno”, expresó.
En esta oportunidad hay dos plantas eléctricas nuevas pero no porque las compró el Estado, sino que en marzo de 2023 la empresa cementera Domicem las donó. Aunque al momento de la visita, la planta no estaba dañada, pero es poco usada por la falta de combustible, según un residente.
Precisamente, hace dos semanas, se habló de la necesidad de intervenir la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar, obra que actualmente apenas está funcionando menos del 18 por ciento y que no se ha podido concluir por conflictos entre el contratista y el Ministerio de la Vivienda. Esto ocurre en un hospital de referencia nacional ubicado en un populoso sector de la capital. Lo que hace pensar y cuestionar cual será la situación de otros centros que también necesitan ser intervenidos y están ubicados en zonas rurales mucho más lejanas que el Distrito Nacional y que Palenque, San Cristóbal, poblaciones que tienen igual derecho a que le sea garantizada la salud.
Al parecer la falta de equidad en acceso a las atenciones médicas no distingue zona rural de urbana, la salud está en un estado de emergencia.