Un equipo de investigación de la Universidad de Harvard propone una corriente de hipótesis distinta para explicar los fenómenos que son anómalos: si existen extraterrestres o civilizaciones avanzadas, ya viven en la Tierra y están ocultos entre los humanos. Esta teoría surge en respuesta a las explicaciones convencionales y a las de alienígenas que provienen de otras galaxias.
El trabajo, realizado por los investigadores de Harvard Tim Lomas, Brendan Case y Michael Masters, se publicó bajo el título “The cryptoterrestrial hypothesis: A case for scientific openness to a concealed earthly explanation for Unidentified Anomalous Phenomena” (“La hipótesis criptoterrestre: un caso a favor de la apertura científica a una explicación terrenal oculta para un fenómeno anómalo no identificado”).
Un estudio sugiere que exista otra explicación para los fenómenos anómalos: los extraterrestres llevan tiempo entre los humanos Shutterstock
El informe se centra en que, en los últimos años, la atención pública se fijó en los fenómenos anómalos no identificados (UAP, por sus siglas en inglés). En ese contexto, surgieron ramas tradicionales de hipótesis para explicarlos: una “explicación terrestre convencional (por ejemplo, tecnología creada por el hombre), o una explicación extraterrestre (es decir, civilizaciones avanzadas de otras partes del cosmos)”, sugirieron en el documento.
Sin embargo, los especialistas indicaron que hay una tercera hipótesis: una “explicación terrestre no convencional, fuera de la visión consensuada predominante del universo”. Esta línea de pensamiento ultraterrestre incluye a la “criptoterrestre”, es decir, “la noción de que los fenómenos anómalos no identificados pueden reflejar actividades de seres inteligentes ocultos sigilosamente aquí en la Tierra (por ejemplo, bajo tierra) y/o sus alrededores cercanos (por ejemplo, La Luna), y/o incluso caminar entre nosotros (por ejemplo, hacerse pasar por humanos)”, señalaron.
“Sostenemos que esta posibilidad no debe descartarse y, en cambio, merece una consideración genuina con un espíritu de humildad y apertura epistémica”, remarcaron los investigadores en su trabajo. La hipótesis criptoterrestre (CTH, por sus siglas en inglés) sugiere que el individuo que genera los fenómenos anómalos no identificados puede estar presente en el entorno de la Tierra.
Esto quiere decir que ese sujeto no existe en otras dimensiones u otros tiempos, sino que está presente, aunque “oculto” de alguna manera. “Lo consideramos poco probable, pero lo más importante es que no lo consideramos imposible”, agregaron
Los investigadores consideran que los CTH deben ser tenidos en cuenta para explicar los fenómenos anómalos
Los investigadores dicen que podrían existir cuatro tipos distintos de hipótesis criptoterrestres
Sobre el cierre del trabajo, el equipo sostuvo que las CTH se pueden dividir en cuatro grandes teorías:
CTH1. Criptoterrestres humanos. “Una antigua civilización humana tecnológicamente avanzada que fue destruida en gran medida hace mucho tiempo (por ejemplo, por una inundación), pero que continuó existiendo en forma remanente”, señalaron.
CTH2. Criptoterrestres homínidos. “Una civilización no humana tecnológicamente avanzada que consiste en algún animal terrestre que evolucionó para vivir en secreto (por ejemplo, bajo tierra), tal vez un homínido o, alternativamente, una especie mucho más lejana relacionada con nosotros (por ejemplo, descendientes de dinosaurios inteligentes desconocidos)”, remarcaron.
CTH3. Antiguos criptoterrestres extraterrestres. Una especie que llegó a la tierra desde otras partes del cosmos o del ser humano futuro y se ocultó sigilosamente.
CTH4. Criptoterrestres Mágicos. “Entidades que se parecen menos a extraterrestres locales y más a descendientes intertemporales que llegaron a la Tierra desde otras partes del cosmos o del futuro humano, respectivamente, y se ocultaron sigilosamente”, argumentaron.
Los investigadores concluyeron que el artículo es una defensa necesaria para que se tome en serio a las hipótesis criptoterrestres como una posible explicación para la los fenómenos anómalos no identificados, al tiempo que reconocieron que probablemente ocupa un lugar menos importante que otras teorías, “a pesar de que tales cálculos son difíciles de cuantificar”.
FUENTE / PERIODICO LA NACION