Por Carlos Arturo Guisarre. Santo Domingo.- El próximo gobierno cuenta con un desafío que ha desanimado a más de un ministro de Hacienda: llevar a la deuda pública de República Dominicana hacia la calificación del grado inversión, por parte de las principales calificadoras de riesgo financiero del mundo.
Esto lo plantea Alejandro Grisanti, CEO de Ecoanalítica, quien en su hoja de vida muestra el haberse desempeñado como estratega jefe para América Latina de Barclays Capital, una entidad con capital social de US$55,000 millones, con sede en Londres (Reino Unido) y con operaciones a nivel global.
“Países como México, entre otros de Latinoamérica, lo han logrado. Entiendo que República Dominicana ha trabajado con mucho empeño en mejorar su ordenamiento jurídico y su composición social, para que la calificación de riesgo de los organismos calificadores mejoren sus notas a nuestra deuda pública”, dijo Grisanti.
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Ahora bien, ¿cuál es la ruta que Grisanti plantea con fines de que la deuda pública de República Dominicana alcance el grado de inversión en las notas de las calificadoras de riesgo de nivel global? El economista sostuvo que es necesario hacer una la reforma fiscal lo suficientemente amplia, con el propósito de que mejores ingresos fiscales, con un incremento de la calidad del gasto, disminuya el riesgo de comprar un bono soberano emitido por el Poder Ejecutivo dominicano.
“La reforma fiscal es el principal reto del próximo gobierno a instalarse el 16 de agosto. Lograr el equilibrio entre cambios que mejoren los ingresos fiscales y la calidad del gasto, sin que esto cercene el potencial productivo de las empresas en todas las escalas, micro, pequeñas, medianas y grandes”, expresó el CEO de Ecoanalítica.
En ese sentido, Grisanti plantea que en República Dominicana se debe ampliar la base del impuesto sobre la transferencia de bienes industrializados y servicios (ITBIS). “Un segmento importante de los productos no está incluido en la base del ITBIS y hay una oportunidad de aumentar ingresos por esa vía”.
Otro aspecto con el que pueden mejorar los criterios de calificación riesgo es la disminución de las exoneraciones fiscales, puesto que los incentivos en cuestión fueron diseñados para impulsar industrias nacientes, pero ahora se trata de sectores que han crecido y se han posicionado como referentes de la economía local, por lo que Grisanti opinó a esos empresarios se les puede revisar algunos incentivos.
“República Dominicana, con el propósito de que le revisen su calificación de riesgo-país, también debe trabajar en una mayor inversión en capital humano, porque esto incrementa de inmediato la valoración de la nación como ente capaz de atraer inversión extranjera. Ya que las multinacionales valoran la posibilidad encontrar el talento que necesitan en los territorios donde operan”, expresó Grisanti.
Igualmente, en materia de finanzas públicas, el próximo cuatrenio plantea el reto de encontrar las partidas necesarias para mejorar los servicios de salud pública porque, a consideración del economista, se trata de uno de los segmentos donde se puede incrementar el salario social de las personas.
Del mismo lado, queda pendiente una reforma a la Ley de Seguridad Social, que reposa en una comisión bicameral del Congreso Nacional desde 2021. Parte de esos cambios incluyen a las pensiones, pero Grisanti estimó que las administradoras de fondos de pensiones, o AFP, conectan como el mejor modelo para garantizar pensiones a corto plazo. “Se ha demostrado que el sistema de capitalización individual, debido a que garantiza que cada aportante obtenga luego pensiones de acuerdo con lo que aportó al sistema”.
A modo de conclusión, Grisanti sostuvo que no ve espacio para reestructurar el gasto debido a que, por ejemplo, la nación dominicana debe seguir apostando a gastar el equivalente al 4% del producto interno bruto (PIB) para la educación pre-universitaria.