Conozco a una persona a la que hace poco le diagnosticaron cáncer de mama. Tiene unos 40 años y está totalmente sana. ¿Por qué padecen cáncer personas como ella? La repuesta es que las tasas de cáncer en personas menores de 50 años, el llamado cáncer de inicio precoz, han aumentado en todo el mundo desde 1990. Los hombres y mujeres de 40 años representan la mayor parte de estos diagnósticos.
Aunque las tasas de cáncer de inicio precoz están aumentando para muchos tipos -incluidos los de mama, útero, colorrectal y próstata-, siguen siendo relativamente infrecuentes. En 2019, el cáncer colorrectal de aparición temprana se produjo a una tasa de 5,7 por cada 100.000 personas (frente a 3,5 en 1990) y el cáncer de mama se produjo a una tasa de 13,7 por cada 100.000 personas (frente a 9,6 en 1990) en todo el mundo.
Por eso es crucial preguntar a los miembros de la familia por sus antecedentes de salud: influirá en el momento en que su médico le recomiende hacerse su primera mamografía o colonoscopia y en la posibilidad de que necesite más pruebas genéticas.
Alrededor de una cuarta parte de los pacientes con cáncer colorrectal de aparición precoz, por ejemplo, tienen antecedentes familiares que habrían justificado un cribado antes de los 45 años: una oportunidad perdida para detectar o incluso prevenir esos males a tiempo.
Cuando mis pacientes me preguntan por qué la gente tiene cáncer, suelo decirles que piensen en una torre de bloques. Digamos que hacen falta 100 bloques para que una persona contraiga la enfermedad. La genética, el entorno y los hábitos de vida pueden añadir bloques a la torre.
Algunos de nosotros tendremos mutaciones genéticas heredadas de nuestros padres o habremos estado expuestos a cosas en el útero que añaden bloques a esa torre antes de que podamos gatear.
Algunos creceremos en entornos en los que estaremos expuestos a contaminantes en el aire, el suelo o el agua; viviremos en zonas en las que abundan los alimentos ultraprocesados y que nuestras familias pueden permitirse; o nos infectaremos con virus que estimulan la formación de cáncer, ninguno de los cuales es un factor que hayamos elegido conscientemente.
Además, nuestra edad y otras muchas exposiciones y factores de riesgo -muchos de los cuales los científicos aún no han descubierto, pero que incluyen el consumo de alcohol, la exposición a los rayos UV, el tabaquismo y la obesidad- añaden más bloques a esa torre.
Entre bastidores, nuestro sistema inmunitario se esfuerza constantemente por derribar los bloques, con éxito variable. No hay dos personas que adquieran exactamente la misma constelación de 100 bloques en el mismo periodo de tiempo, y muchas vivirán toda su vida sin alcanzar los 100 bloques.
Los factores que determinan cuándo y cómo la torre de alguien se inclina hacia el cáncer son únicos, no siempre conocidos y, con demasiada frecuencia, escapan al control individual. Por eso algunas personas que fuman nunca contraen el mal y otras que están en plena forma física sí lo hacen.
“Uno de los mayores retos a la hora de diseccionar las causas de los cánceres de aparición precoz es que no existe una única explicación”, afirmó Bilal Siddiqui, profesor adjunto y oncólogo médico del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas. “Hay múltiples factores ambientales, y aún no los entendemos del todo”, señaló.
¿Por qué el sistema inmunitario no combate el cáncer?
Los cánceres aparecen en todos nosotros cada día, pero, afortunadamente, suelen ser detectados y eliminados por nuestro sistema inmunitario. Varios factores importantes que ayudan al cáncer a eludir nuestro sistema inmunitario están modulados por el entorno. El tabaco, el alcohol y la genética son factores de riesgo bien conocidos. Otros factores de riesgo que eran menos comunes en generaciones anteriores también pueden explicar el aumento de esta enfermedad.
La obesidad materna y un peso elevado al nacer se asocian a un mayor riesgo de cáncer colorrectal. El aumento de conductas sedentarias, como ver la televisión durante mucho tiempo y consumir bebidas azucaradas -todas ellas relacionadas con un alto nivel de azúcar en sangre en ayunas y con la obesidad-, se ha relacionado con la aparición precoz de cánceres.
La edad más temprana de la primera menstruación, la edad más avanzada del primer parto y el uso de píldoras anticonceptivas aumentan el riesgo de padecer cáncer de mama antes de la menopausia. Y en el caso del cáncer colorrectal de aparición precoz, el consumo de carne roja parece desempeñar un papel perjudicial.
Es importante recordar que casi la mitad de los cánceres se pueden prevenir, añadió Siddiqui. Un estudio de 2022 publicado en la revista The Lancet descubrió que alrededor del 44% de las muertes por cáncer tenían que ver con un factor de riesgo modificable, como el consumo de tabaco o la contaminación atmosférica.
Las exposiciones a edades tempranas que podrían provocar la enfermedad son difíciles de estudiar: imagínese que hoy le pidieran que recordara cuántos minutos jugó al sol hace 15 años. Pero los científicos están trabajando en diversos enfoques para superar estos obstáculos, como la búsqueda de pruebas objetivas en los historiales médicos electrónicos y el análisis de bioespecímenes como la saliva y las heces recogidas en la infancia en busca de pistas.
Lo que quiero que sepan mis pacientes
Además de mitigar los factores de riesgo conocidos, podemos mejorar la detección precoz del cáncer.
Tras conocer sus antecedentes familiares, hágase las pruebas que le recomiende su médico. Menos del 20 por ciento de las personas de 45 a 49 años están al día con las pruebas de detección del cáncer colorrectal, y solo alrededor del 66 % de las mujeres de 40 años o más estaban al día con las pruebas de detección del cáncer de mama.