El Gobierno de Estados Unidos no está prestando ayuda al primer ministro de Haití, Ariel Henry, para regresar a su país desde Puerto Rico, según informó a EFE un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, en inglés).
“No estamos brindando ninguna asistencia para ayudar al primer ministro a regresar a Haití“, indicó el portavoz en un breve mensaje escrito.
La fuente agregó asimismo que el NSC va a dejar que sea Henry quien “hable sobre sus planes de viaje” desde Puerto Rico, donde aterrizó el martes después de no poder hacerlo en República Dominicana y tras varios días en paradero desconocido.
Henry es atendido en Puerto Rico por las agencias federales en la isla, principalmente el Buró Federal de Investigaciones (FBI), mientras se dilucidan sus próximos pasos.
El portavoz de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) en Puerto Rico, Jeffrey Quiñones, explicó a EFE que el alojamiento y la seguridad del primer ministro de Haití en la isla están siendo gestionados por el FBI.
Puerto Rico es un estado libre asociado a Estados Unidos, lo que implica un cierto grado de autonomía, pero fronteras, defensa y relaciones exteriores son responsabilidades que se reserva Washington.
La embajadora de EE.UU. ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, instó este miércoles a Henry a “actuar con urgencia” para llevar a cabo “un proceso político que conduzca a una transición presidencial” en el país.
Henry comunicó la semana pasada que convocará elecciones antes del 31 de agosto de 2025, pero ese anuncio empeoró la crisis en el país, que ha entrado en una espiral de violencia que en los últimos días ha causado el desplazamiento de 15.000 personas y una decena de muertos.
Las bandas que controlan extensas partes del país y de su capital han exigido la renuncia inmediata del primer ministro. El líder más conocido de estas bandas, Jimmy Chérizier ‘Barbecue’ dijo el martes que “si Ariel Henry no dimite, el país se encamina a un genocidio”.
‘Barbecue’ también advirtió a la comunidad internacional contra cualquier intento de apoyar la permanencia de Henry, quien se especula está bajo presión de EE.UU. y la Comunidad del Caribe (Caricom) para que renuncie.