El Cairo/Washington – Los intentos de EE.UU. para evacuar de la Franja de Gaza a extranjeros y palestinos con doble nacionalidad, incluidos estadounidenses, se han atascado ante las peticiones de Egipto para que se permita primero el ingreso de ayuda humanitaria al enclave palestino.
Toda la atención se concentra en el paso de Rafah, entre Egipto y la Franja de Gaza, y por donde se esperaba que cientos de personas salieran este sábado gracias a un acuerdo que Estados Unidos había negociado con Egipto, Israel y Catar, dijo a EFE una fuente estadounidense.
Sin embargo, después de que se filtrara el acuerdo, las autoridades egipcias dejaron claro que rechazaban permitir la entrada a su país de los extranjeros en Gaza si no se permitía antes el ingreso de ayuda para los 2,2 millones de personas hacinadas en la franja.
Como resultado, un número indeterminado de ciudadanos extranjeros se quedó esperando durante varias horas en el paso fronterizo con la esperanza de cruzar pero sin obtener respuesta alguna de las autoridades egipcias, de acuerdo a testimonios citados por la televisión egipcia Al Qahera News.
De hecho, esta misma mañana las autoridades egipcias comenzaron a colocar bloques de cemento alrededor de la frontera con Gaza y reforzar la seguridad ante el temor a ataques o posibles intentos de entrar a Egipto desde la Franja, según indicaron hoy a EFE fuentes de seguridad egipcias que pidieron el anonimato, si bien el Gobierno de Egipto no se pronunció oficialmente al respecto sobre esta acción.
Según la citada fuente estadounidense, el acuerdo que Washington había facilitado entre Israel y Egipto establecía que se permitiría el cruce a través del paso de Rafah durante una ventana de cinco horas, desde el mediodía hasta las cinco de la tarde, pero ese plazo expiró sin que nadie pudiera cruzar.
Estados Unidos había estado coordinándose con otros gobiernos y organizaciones internacionales, incluyendo la Unión Europea, para que Egipto permitiera la salida de la Franja de Gaza de extranjeros y palestinos con el pasaporte de otro país, indicó esa fuente.
Ante la posibilidad de que se abriera ese cruce, el Departamento de Estado de EE.UU. había pedido a los ciudadanos estadounidenses en la Franja de Gaza que, si lo consideraban seguro, se acercaran al paso de Rafah, ya que podría haber poco tiempo para cruzar.
Dentro del enclave palestino, hay entre unos 500 y 600 ciudadanos estadounidenses, de acuerdo a medios estadounidenses.
En la Franja, también hay 250 personas de nacionalidad española, dijo el viernes a EFE el coordinador de la comunidad española en Gaza, Salah al Sousi, aunque EFE no pudo confirmar esta información con el consulado español en Jerusalén ni con la Embajada de España en El Cairo.
Además, se estima que hay 28 brasileños y unas 150 personas que han solicitado la asistencia de Canadá, de acuerdo a cifras ofrecidas por los gobiernos de esos países.
Por su parte, Canadá anunció el sábado que además de sus esfuerzos para sacar a sus ciudadanos de la Franja de Gaza a través de Rafah, está elaborando planes para evacuar a los entre 80 y 100 canadienses que se encuentran en Cisjordania.
En concreto, la ministra de Exteriores de Canadá, Melanie Joly, reveló en declaraciones recogidas por los medios de su país que Canadá ha llegado a un acuerdo con Jordania, Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para que los canadienses que están en Cisjordania salgan en autobús desde Ramala hasta la capital jordana, Amán.
Según Joly, se prevé que esas evacuaciones comiencen el martes.
Rafah es la única salida de la Franja de Gaza que no está controlada por Israel y la única vía para la entrada de ayuda humanitaria al enclave.
Hamás pidió este sábado a Egipto que “hacer los máximos esfuerzos” para reabrir ese cruce con el objetivo de evacuar a heridos y llevar suministros a la Franja.
La decisión de Egipto de bloquear por ahora la salida de extranjeros y palestinos con doble nacionalidad responde al temor que existe sobre un éxodo masivo, lo que podría derivar en escenas similares a las que se vivieron en la guerra de Gaza de 2009, que duró tres semanas y llevó a muchos ciudadanos palestinos a tratar de asaltar la frontera en busca de refugio.
Las inmediaciones del cruce de Rafah han sido bombardeadas por Israel, lo que ha provocado interrupciones en las operaciones del paso fronterizo, aunque El Cairo mantiene que el paso sigue abierto al “trafico”, sin dar más detalles.
Mientras tanto, el Ejército de Israel parece estar preparándose para una invasión terrestre y ha solicitado a los 1,1 millones de palestinos que viven en el norte de la Franja de Gaza que se trasladen hacia el sur, un ultimátum que ha sido condenado con fuerza por la comunidad árabe.
EFE