Los Ángeles (EE.UU.), 21 may (EFE).- Los fans de la NBA se frotaban las manos ante unas posibles Finales entre los Boston Celtics y Los Angeles Lakers, pero estas legendarias franquicias se encuentran ahora al borde de la eliminación y en busca de un quimérico milagro que jamás se ha dado en la historia de la liga.
Tras el 3-0 que lograron los Denver Nuggets en la final del Oeste el sábado, los Heat despedazaron este domingo a los Celtics en el Este y consiguieron asimismo un 3-0 que les pone a solo un paso de las Finales pese a ser el octavo mejor equipo de su conferencia en la temporada regular.
Ningún equipo en la historia de la NBA ha conseguido remontar un 3-0 en contra en los playoff y no escasean los precedentes: en 149 ocasiones se dio ese resultado en las eliminatorias y en las 149 veces ganó el equipo que dominaba la serie.
Pero aferrarse a ese clavo ardiendo y a un hilo de esperanza es lo único que les queda a los Celtics y los Lakers, protagonistas de la mayor rivalidad en la NBA y las franquicias más condecoradas de la liga (17 títulos por cabeza).
Por caminos diferentes (Boston fue segundo del Este y Los Ángeles entró a los playoff como séptimo del Oeste), los de verde y los de púrpura y oro se han topado en sus respectivas finales con dos bloques sin grietas, excepcionalmente compenetrados, muy bien dirigidos desde el banquillo y con actores secundarios dando lo mejor de sí mismos.
El mejor ejemplo de esto último lo dieron los asombrosos Heat en un tercer partido en el que ridiculizaron a los Celtics (128-102) y en el que sus tres máximos anotadores fueron jugadores no drafteados: Gabe Vincent (29 puntos con 11 de 14 en tiros y 6 de 9 en triples), Duncan Robinson (22 puntos con 7 de 11 en intentos a canasta y 5 de 7 de tres) y Caleb Martin (18 tantos con 7 de 11 en tiros).
Lo mismo se puede decir de los Nuggets en su tercer duelo ante los Lakers, ya que Kentavious Caldwell-Pope (17 puntos), Bruce Brown (15 puntos) y Michael Porter Jr. (14 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) fueron fundamentales para tomar Los Ángeles.
En cualquier caso, los playoff son el hábitat de las estrellas, el territorio en el que las verdaderas figuras se crecen como gigantes, y ahí también han sufrido tanto los Celtics como los Lakers.
Como muestra, Jayson Tatum (14 puntos con 6 de 18 en tiros, 1 de 7 en triples) y Jaylen Brown (12 puntos con 6 de 17 en intentos, 0 de 7 desde el perímetro) anotaron menos entre ambos en su tristísimo tercer partido que el sorprendente Vincent en los Heat.
Sin llegar a la desaparición y hundimiento de las figuras de Boston, muy lejos del equipo que alcanzó las Finales en 2022, los Lakers también han visto cómo LeBron James y Anthony Davis han llegado muy justos de gasolina frente a los Nuggets de Jamal Murray y Nikola Jokic, que han sabido alternarse con mucho acierto bajo los focos para golpear a los angelinos.
Al menos a los Lakers les queda el consuelo de que en los tres partidos pelearon el triunfo prácticamente hasta el final.
Pero los Celtics, muy desconectados, irregulares y desconocidos en esta serie ante Miami, se estrellaron en un espantoso tercer encuentro (-33 en el tercer cuarto) y además dejaron escapar ventajas de dobles dígitos en sus dos primeros duelos en Boston frente a los de Jimmy Butler.
Con todo ello, los Celtics y los Lakers tendrán que ganar cuatro encuentros consecutivos si quieren firmar una remontada histórica.
Sin embargo, no van a tener mucho tiempo para recuperar fuerzas: los Lakers afrontan su primer partido a vida o muerte este lunes en Los Ángeles y los Celtics intentarán el martes vencer en Miami para no marcharse de vacaciones.