Doncic e Irving se reivindican ante los Sixers

Redacción Deportes (EE.UU.), 2 mar (EFE).- Tras los malos resultados recientes y las primeras dudas sobre su química en la pista, Luka Doncic y Kyrie Irving se reivindicaron este jueves en la importante victoria de los Dallas Mavericks ante los Philadelphia 76ers (133-126).

La derrota el martes ante los Indiana Pacers, después de que Irving fallara un triple sobre la bocina (122-124), dejó a los Mavericks con muchas preguntas y un pobre balance de 3-5 desde que el base aterrizó en Dallas.

Peor aún era el registro con Doncic e Irving jugando juntos: sólo un triste 1-4.

Con urgencias evidentes y muchas cosas que demostrar, las figuras de los Mavericks afrontaron el duelo ante los Sixers a tope de revoluciones y rubricaron el triunfo local con dos exhibiciones individuales: Doncic brilló con 42 puntos (13 de 22 en tiros, 7 de 13 en triples) y 12 asistencias e Irving se lució con 40 puntos (15 de 22 en tiros, 6 de 8 en triples) y 6 asistencias.

Dallas, que metió 25 de 48 en triples, dio un golpe en el tercer periodo con un fenomenal 39-24, pero sufrió un parcial de 0-15 en el arranque del cuarto periodo y tuvo que sudar hasta el final para que no se repitiera el derrumbe del domingo ante Los Angeles Lakers, cuando perdió tras ir ganando de 27 puntos.

Irving vivió con Doncic sus mejores minutos hasta ahora en Dallas (33-31) el día en que se reencontró con otro de los vértices del fallido triángulo de los Brooklyn Nets: un James Harden que sumó 27 puntos y 13 asistencias.

Joel Embiid aportó 35 puntos y 8 rebotes y Tyrese Maxey consiguió 29 puntos (17 en el último cuarto) en unos Sixers (40-22) que atraviesan un bache con tres derrotas en cuatro partidos.

DUELO ESTELAR

Doncic e Irving por un lado y Embiid y Harden por el otro descorcharon la noche sin reservar munición.

En Dallas, sus dos referentes firmaron 18 de los primeros 20 puntos de su equipo mientras que Embiid se las ingeniaba para anotar en los Sixers aunque se amontonaran rivales para intentar frenarle.

Sin intención de defender en ningún bando, Doncic sumó su segunda personal con una falta en ataque que además llevó a Jason Kidd a desperdiciar en el primer cuarto su ‘challenge’.

El técnico de Dallas arriesgó manteniendo al esloveno y éste respondió con un triplazo con paso atrás para acabar su excepcional primer cuarto con 17 puntos.

La réplica en Filadelfia la dio Harden, con 16 puntos y 7 asistencias (incluyendo un triple más adicional en el desenlace) para clausurar un primer cuarto repleto de pirotecnia (38-37).

No cambió el guion en el segundo capítulo, aunque algunos nombres del banquillo se unieron al festival ofensivo como Christian Wood en los locales y De’Anthony Melton en los visitantes.

En cualquier caso, el protagonismo seguía correspondiendo a las figuras, que llevaron el encuentro al descanso prácticamente en tablas tras un gran mate al contraataque de Embiid asistido por Harden (71-67)

Con los Sixers luciendo un 62 % en tiros de campo y los Mavericks con 12 de 25 en triples, las estadísticas resultaron especialmente abultadas en la primera parte: Doncic con 25 puntos, Irving con 20, Harden con 19 puntos y 10 asistencias y Embiid con 17.

En lugar de apretar en defensa, Dallas abordó la reanudación redoblando su apuesta por exprimir al máximo su ataque y funcionó ya que la ofensiva de Filadelfia perdió fuelle.

Así, los Mavericks bordaron un magnífico arranque del tercer periodo con un parcial de 20-4 hasta alcanzar un inesperado +20 en menos de cuatro minutos.

Doncic e Irving seguían a un nivel excelente pero a ellos se sumaron actores secundarios como Reggie Bullock (3 de 3 en triples) o Maxi Kleber (9 puntos).

Embiid intentó detener la sangría, pero el soberbio 9 de 14 en triples situó a Dallas, que llegó a ganar de 25 tantos, con todo de cara antes del último cuarto (110-91).

Pero cuando parecía que solo tenían que ponerle la guinda al triunfo, los Mavericks desaparecieron del partido.

Un enorme parcial de 0-15 en dos minutos, con Maxey agitando la coctelera de los Sixers y Doncic en el banquillo, paralizó a unos Mavericks entre escalofríos.

Doncic e Irving respondieron con varios triples para calmar las aguas pero, aun así, otra desconexión en los últimos minutos (0-11) impidió relajarse a unos Mavericks tan brillantes como inconsistentes.