El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha justificado la retirada de Rusia del Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) como una medida de protección tras acusar a la OTAN de involucrarse en la guerra de Ucrania para debilitar la capacidad de Moscú como superpotencia militar.
“Hemos entendido lo que teníamos que hacer: preservar y garantizar la seguridad y la estabilidad estratégica de Rusia”, ha manifestado el presidente ruso en una entrevista a Rossiya 1 en la que, además, ha acusado a la OTAN de participar como “cómplice de los crímenes” cometidos por las fuerzas ucranianas en sus ataques en las zonas separatistas de Donetsk y Lugansk, en el este de Ucrania, con las armas que proporcionan los aliados de Kiev.
El presidente ruso ha acusado a la Alianza Atlántica de convertirse en partícipe, “instigada por Estados Unidos” y en contra de los deseos del Kremlin, en unas relaciones nucleares circunscritas únicamente a Washington y Moscú, lo que le ha llevado a tener en cuenta a partir de ahora la capacidad nuclear de países de la OTAN como Reino Unido o Francia.
“Dado que todos los países de la OTAN han anunciado que su objetivo final es nuestra derrota estratégica, ¿cómo es posible que no tomemos en cuenta su potencial nuclear en este contexto?”, se ha preguntado el presidente ruso durante la entrevista, recogida a su vez por las agencias TASS e Interfax.
Rusia suspendió el 21 de febrero su participación en el tratado para “evaluar”, según el Kremlin, el arsenal del resto de países de la OTAN que “están fuera de todo escrutinio”.
Putin volvió después al tema de la “complicidad” de la OTAN en el conflicto ucraniano. “Los países de la OTAN están enviando armas, lo que significa que son cómplices, aunque sea de manera indirecta, de los crímenes que comete el régimen ucraniano, al atacar los barrios residenciales”, manifestó el mandatario.
EP