El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha visitado este miércoles la zona afectada por los terremotos de magnitud 7,8 y 7,5, respectivamente, que sacudieron el lunes el sudeste de Turquía y el noroeste de Siria.
Las víctimas mortales de los seísmos ya son 12.049. Las autoridades turcas han informado de que al menos 9.057 personas han muerto, mientras que en Siria hay alrededor de 2.992 fallecidos (1.730 en las zonas en manos de los rebeldes y 1.262 en los territorios controlados por el Gobierno), lo que convierte los temblores en los más mortíferos de todas las otras catástrofes sísmicas del último decenio.
“Hemos movilizado todos los recursos del Estado, trabajamos con todos nuestros medios a disposición”, ha asegurado ante la prensa en Kahramanmaras.
Sin embargo, el mandatario turco ha reconocido, ante las crecientes críticas contra su gestión, que ha habido “dificultades” para acceder a determinados lugares afectados, debido al estado de algunas carreteras, cerradas a causa de la nieve y de los daños sufridos durante el seísmo.
Los heridos en ambos países suman más de 54.135. Más de 293.000 personas han tenido que abandonar sus hogares solo en las áreas controladas por el Gobierno sirio de Bachar el Asad.
EL MUNDO