Investigadores dirigidos por la Universidad de Yale, EE.UU., desarrollaron una técnica que, mediante una prueba hisopado nasal, puede ayudar a detectar virus sigilosos (emergentes) que no se identifican en las pruebas estándares. El logro se basa en la detección de una sola molécula antiviral del sistema inmunitario denominada CXCL10, comunicaron recientemente.
El equipo de científicos buscaba una nueva forma de monitorear virus patógenos inesperados. Los hisopos nasales se toman comúnmente de pacientes sospechosos de padecer infecciones respiratorias y se analizan para detectar huellas específicas de 10 a 15 virus conocidos. Aunque la mayoría de las pruebas dan negativo en las pruebas para detectar los virus “sospechosos habituales”, algunos los pacientes aún muestran signos de que las defensas antivirales estaban activadas, lo que indica la presencia de un virus.
Una señal clave
La señal reveladora fue un alto nivel de la proteína antiviral CXCL10 producida por las células que recubren las fosas nasales. Con base a ese hallazgo, los investigadores aplicaron métodos integrales de secuenciación genética a muestras antiguas que contenían la proteína clave y, en una muestra, encontraron un virus de influenza inesperado llamado influenza C.
Aplicando este enfoque en retrospectiva, el equipo encontró cuatro casos de covid-19 que no habían podido ser diagnosticados al inicio de la pandemia en el 2020, pues aún no se habían desarrollado los sistemas de diagnóstico para este virus. Los hallazgos revelan que las pruebas de esta proteína antiviral producida por el cuerpo, incluso si las pruebas de virus respiratorios conocidos son negativas, pueden ayudar a identificar qué hisopos nasales tienen más probabilidades de contener virus inesperados.
Encontrar la aguja reduciendo el tamaño del pajar
Específicamente, la detección del biomarcador nasofaríngeo permitiría a los investigadores reducir la búsqueda de patógenos inesperados, lo que hace factible la vigilancia de virus inesperados utilizando hisopos recolectados durante la atención de rutina del paciente. Las muestras que poseen CXCL10 se pueden analizar utilizando métodos de análisis genéticos más complejos para identificar patógenos inesperados o emergentes que circulan en la población de pacientes e impulsar una respuesta de la comunidad de atención médica.
“Encontrar un nuevo virus peligroso es como buscar una aguja en un pajar”, dijo Ellen Foxman, profesora y autora principal del estudio. “Encontramos una manera de reducir significativamente el tamaño del pajar“. Los resultados de este estudio se publicaron recientemente en The Lancet Microbe.