La economía dominicana registró un incremento de un 5% del primer al onceavo mes del 2022, al compararse con el mismo periodo del año anterior. Así lo informó en Banco Central de la República Dominicana (BCRD), a través del indicador mensual de actividad económica (IMAE).
El informe establece que en los primeros tres trimestres del año se registraron aumentos de 6.1%, 5.1% y 5.0%, respectivamente, lo que evidencia una moderación en su ritmo de crecimiento.
El BCRD explica que la desaceleración de la demanda interna, principalmente del componente de inversión, obedece a los altos costos de las materias primas y materiales de construcción, así como a la operatividad del mecanismo de transmisión de la política monetaria orientada hacia la reducción de las presiones inflacionarias.
En este sentido, conforme a los resultados del sistema de pronósticos de la entidad bancaria, apuntan a que la expansión del producto interno bruto (PIB) real se ubicaría en torno a 5.0 % para el cierre de este año.
Con relación al PIB nominal, se proyecta que alcance unos US$113,000 millones, lo que contribuiría a que la deuda del sector público consolidado finalice el año el 2022 por debajo de 60% como proporción del PIB.
Con este nivel de producto nominal, el PIB per cápita pasa de US$8,971.9 en 2021 a un valor cercano a US$10,600 en el año 2022.
De igual manera, en Banco Central destaca en el informe la reciente mejoría en la calificación de riesgo crediticio soberano de ‘BB-’ a ‘BB’ por parte de Standard & Poor’s Global Ratings, reflejando el clima de estabilidad del país respaldado en la consolidación de la recuperación económica, así como expectativas favorables respecto al desempeño del PIB y la continuidad de políticas oportunas en el mediano plazo.
“Cabe puntualizar que lo anterior se encuentra sustentado en los fuertes fundamentos macroeconómicos de la República Dominicana, así como su capacidad de resiliencia para hacer frente al actual contexto internacional adverso donde prevalecen factores de riesgo, destacándose la desaceleración del crecimiento económico mundial y la postura monetaria restrictiva en la mayoría de los países para controlar las presiones inflacionarias”, explica el Banco Central en el documento.