El pasado viernes cuatro de noviembre se convirtió en una fecha que jamás será olvidada en República Dominicana. Las lluvias que se precipitaron aquel día, sin previo aviso, provocaron inundaciones que evidenciaron las debilidades del sistema de drenaje pluvial y del alcantarillado de Santo Domingo.
Las calles inundadas, edificios, parqueos y carros a la mitad y casi al tope por el agua, era el panorama que se mantenía durante la tarde/noche de aquel día. Allí no solo hubo pérdidas materiales, también pérdidas humanas.
Para tratar de entender lo sucedido de ese trágico día, desde el punto de vista meteorológico, en el programa Nuria Investigación Periodística se conversó con el analista meteorológico Jean Suriel, quien explicó lo siguiente de aquel fenómeno.
“Fue un fenómeno muy atípico y muy inusual, pero que de ahora en adelante podría desarrollarse con mayor frecuencia debido al cambio climático. Lo ocurrido fue una combinación de tres factores meteorológicos, un sistema de baja presión que estaba en desarrollo en el Mar Caribe, una onda tropical que estaba incidiendo en República Dominicana y una vaguada que estaba ubicada al norte del Caribe”, precisó.
Al Nuria Piera preguntarse si pudo o no ser predecible, el experto contestó.
“No se tenía la forma de cómo saber la cantidad de lluvias que iba a caer a República Dominicana. Recordemos que la naturaleza es totalmente impredecible y más ahora con el cambio climático que está tornando los fenómenos atmosféricos más extremos y con mayor formación en cuanto a tiempo se refiere. Hemos visto cómo las inundaciones se están tornando más frecuentes, hemos visto cómo los huracanes se están tornando más fuertes y hemos visto cómo otros procesos meteorológicos y climatológicos están saliéndose de control. Y esto es precisamente por la influencia del cambio climático”, puntualizó.
Las inundaciones del cuatro de noviembre dejaron a su paso un total de nueve personas fallecidas, miles de carros inundados y casas abnegadas con pérdidas de enseres y electrodomésticos. Pánico y desorientación envolvió a todo el Distrito Nacional.
Precisamente un mar de conjeturas se oyeron toda la semana, se culpaba a los gobiernos, los políticos se señalaban entre sí, negligencia, falta de precaución, de planificación, y sobre todo la falta de drenaje sanitario y pluvial. De todas las conjeturas del porqué de las inundaciones esta fue la más socorrida.
“Tiene que ver con la ausencia de drenaje pluvial en ciertos sectores y con el sistema rudimentario que existe para tratar las aguas: contenes y filtrantes”, dijo el urbanista Marcos Barinas.
Para entender la problemática, es necesario diferenciar el drenaje pluvial, que es el sistema que conduce el agua de las lluvias y el alcantarillado sanitario que son las tuberías subterráneas que transportan las aguas de los baños y fregaderos a una planta de tratamiento.
Como es natural, la ciudad ha ido creciendo, y en esa misma medida, debía ir creciendo el drenaje pluvial, pero no ha ocurrido así. Incluso el mismo presidente Abinader ha reconocido la deuda social acumulada por gobiernos anteriores.
“Nadie nunca quiso hacerlo porque eso no se ve. Entonces, la gente solo se acuerda cuando hay lluvia”, expresó el Luis Abinader, presidente de la República.
Aunque el municipalista Domingo Contreras opina que en los últimos años sí se han realizado intervenciones para solucionar la problemática, como el caso del proyecto de transformación Domingo Savio en La Ciénaga, próximo a la ribera del río Ozama.
“Bueno pero él mismo se está desconociendo a sí mismo. Él fue a inaugurar un tramo del nuevo Domingo Savio. Él inauguró un tramo de una de esas intervenciones que ojalá que él, por ejemplo, que ha ido varias veces a Las 800, anuncie un proyecto como La Nueva Barquita, como el Riito de la Vega, como Mesopotamia en San Juan”, sostuvo Domingo Contreras, municipalista.
Roberto Salcedo, quien fuera alcalde de la ciudad durante 14 años, también destaca que durante su gestión se aprovecharon las maquinarias del Metro de Santo Domingo para construir tres galerías de drenaje.
El director de la CAASD, Felipe Suberví, expresó lo siguiente “Lo que se hacía antes era donde había una línea sanitaria, se conectaba una línea pluvial. Entonces, en vez de tener dos tuberías, una para cada cosa, había o hay en algunos casos una sola tubería para las dos, para las dos, para los dos usos”.
Con respecto al sistema de drenaje pluvial, el Gran Santo Domingo apenas cuenta con unos 689 imbornales, que son los desagües ubicados debajo de las aceras para filtrar el agua, pero según este especialista en obras hidráulicas en este país no los limpian.
“No hay un sistema de mantenimiento de alcantarillado sanitario o del que hay ni de ni de los imbornales ni de los filtrantes”, dijo Teodoro Tejada, ingeniero especialista en obras hidráulicas.
Una segunda causa mencionada, además, del sistema de drenaje pluvial y alcantarillado, es la falta de planificación urbana. Sobre todo en sectores, que históricamente tenían casas y ahora han sido sustituidos por torres.
Marcos Barinas, urbanista, dijo “eso te da una indicación de que lo que ocurrió en Naco, Piantini, Evaristo Morales, Serrallés tiene que ver con las políticas de los últimos 10 o 15 años respecto al crecimiento vertical, sin prever la infraestructura que soporte ese crecimiento”.
Todo eso ha dado como resultado que sectores con la más alta plusvalía del Distrito Nacional, sufran las mismas calamidades que personas de escasos recursos que residen a orillas de los ríos.
Domingo Contreras, excandidato alcalde PLD, sostuvo que “sin darse cuenta han empujado a crear en Naco un arrabal de lujo, un arrabal que hoy permite con un apartamento de 400.000 dólares, 300 mil dólares, sea una zona vulnerable, igual que si viviera en Guachapita, que no puede ser”.
Pero, además de las autoridades, los gobiernos pasados y los desarrolladores inmobiliarios, los ciudadanos también tienen una cuota de responsabilidad. La basura lanzada a las calles ha sido otra de las posibles causas detrás de las inundaciones.
“Estamos hablando de dos millones de maleducados, donde me incluyo yo también, donde vivimos regando. Entonces no hay forma de que usted 30.000 pozos filtrantes que tiene el Distrito Nacional, usted los pueda mantener limpios. Cuando usted limpia los primeros 50 y va por el número 51, ya hay 15 que están tapados”, abordó Roberto Salcedo.
Sin embargo, otros consideran una utopía que ningún munícipe tire basura en las calles.
“No es un tema de educación, es un tema de infraestructura que no permite que los desechos, tanto los desechos sólidos como los desechos de agua, sean recogidos de una manera eficiente”, dijo Marcos Barinas, urbanista.
Según especialistas, un cuarto factor que incidió en las inundaciones sin precedentes del pasado viernes 4 son los sobreasfaltos hechos por el Ministerio de Obras Públicas.
“Sal ahí afuera y mira tu calle, tú vas a ver las diferentes capas de asfalto a nivel que la calle, está por encima del nivel de la acera. Y eso es una ley de la física. Tan simple como que el agua cae en la acera y eventualmente donde termina dentro de tu casa”, indicó el urbanista.
Pero ni siquiera en ese punto nos ponemos de acuerdo Ya que otros especialistas opinan lo contrario.
Atribuye las pérdidas humanas a la irresponsabilidad de una institución
Teodoro Tejada, ingeniero especialista en obras hidráulicas, dijo que ese problema fue causado por la falta de ejecución de la CAASD y que “básicamente”, esas muertes debe calcularse a la CAASD.
Una cuarta causa mencionada son las cañadas que bordean el Gran Santo Domingo. Donde todas están rodeadas de caseríos y no han sido intervenidas en su totalidad para lograr controlar la subida de agua. Durante una visita hecha por el presidente Luis Abinader el sábado 5 de noviembre, al sector Las 800 en Los Ríos, una de las zonas más afectadas, dijo que la CAASD construye 49 kilómetros de cañadas.
Luisinky Mojica
Luisinky Mojica Capellán residía en Cristo Rey, casado y único proveedor de la familia integrada por su esposa y 4 niños, menores de 11 años de los cuales uno tiene rasgos de autismo.
Sus padres narran que falleció mientras entregaba un pedido para la aplicación en la que laboraba desde hacía un año.
“Jochy le dice para que lo cruzara en el motor. Él lo monta atrás. Cuando arrancó ahí fue que el señor le dijo El puente colapsó, el puente colapsó, pero ellos no oían, ellos siguieron”, narra Luis Gerónimo Mojica, padre de delivery fallecido.
Y ahí fue que cayeron al río. “Mire donde apareció, por detrás de Simón Bolívar. Anduvo como 7 y 8 kilómetros por el río”, dijo con pesar.
Luego de intensas jornadas de búsquedas, ambos cadáveres fueron encontrados.
Los padres de Luisinky establecen que pese a que su hijo falleció en pleno cumplimiento de sus labores, la empresa para la que trabaja no se acercó hacia ellos ni siquiera para darle unas palabras de aliento o ayudarlos ante los gastos funerarios.Teófilo Cruz Peña, taxista que laboraba en la parada de Transporte Espinal envió este audio a un colega antes de su lamentable muerte.
Ante todas estas fatídicas consecuencias, la gran cuestionante es cuál es la solución para evitar que esto se repita.
Todos coinciden en que más que un asunto municipal, debe ser una prioridad del Gobierno Central, sobre todo cuando los ayuntamientos se manejan con un escaso presupuesto por debajo del 10 por ciento contemplado en la Ley.
Nuria Piera: ¿Cuánto se ha invertido en los 10 kilometros y cuanto se pretende invertir en los demás?
“Nosotros hemos hecho un levantamiento topográfico con diseño, presupuesto y hasta las viviendas que se van a intervenir en cada una de las cañadas. E hicimos un levantamiento de 105 km de cañadas en el Gran Santo Domingo. Estamos hablando una inversión total de más de 20 mil millones de pesos en lo que tiene que ver las 105 Cañadas, con una mejora de más de 1200 viviendas en todo el Gran Santo Domingo, más las áreas de esparcimiento que se le crean encima de las cañadas, las vías de acceso, las aceras, los contenes, la canalización de las aguas pluviales y evita que, a través de las cañadas, toda esa contaminación de plásticos y de basura que la gente normalmente alrededor de las cañadas las tira por ahí, es que tú ves que se va a evitar todo eso. O sea, es una solución integral en todos los aspectos”, dijo.
Sin lugar a dudas todas las soluciones planteadas serían de gran ayuda para mitigar los daños pero no nos librarían del todo.
Países con mejor sistema de drenaje, cumplimiento de las normas y mayores niveles de educación ciudadana también han sufrido las consecuencias de las inundaciones repentinas a raíz de fuertes lluvias.
Tal es el caso de Puerto Rico que en septiembre de este año quedó sumergido en inundaciones catastróficas y sin energía por el huracán Fiona.
También, Estados Unidos, donde más de 50 millones de personas sufrieron las consecuencias por inundaciones en Washington, Florida, Tampa, Filadelfia, Nueva York, Boston y Providence.
En Colombia, la temporada de lluvias tampoco ha dado tregua reportando emergencias por inundaciones y desbordamientos.
Recordemos que, pese a que la ONAMET y el COE habían advertido de lluvias fuertes, era imposible proyectar que caerían 232 milímetros de lluvias en apenas tres horas en el mismo Distrito Nacional, como se registró el pasado viernes 4.
Solo resta esperar que se de inmediato se inicie la transformación del sistema de drenaje y alcantarillado acorde a la realidad actual y que los gobiernos venideros le den continuidad en el largo plazo.
Así el desarrollo que exhibe la capital no solo será en torres y rascacielos sino también en las infraestructuras que se necesitan debajo de la tierra que eviten que ante otro inminente fenómeno que puede ocurrir en cualquier momento se pierdan más vidas y bienes.