El Ministerio de Salud Pública, junto al del Instituto del Bienestar Estudiantil del Ministerio de Educación, (INABIE), presentaron los resultados de la investigación: “Estado Nutricional de los estudiantes beneficiarios del Programa de Alimentación escolar de República Dominicana, 2021-2022”
El estudio evidenció índices de malnutrición por exceso, dígase de sobrepeso y obesidad y concluye que el 31.1% de los estudiantes tiene sobrepeso-obesidad, siendo la región norte del país la más propensa. Además, afirman que el 45.29% de la dieta de los estudiantes es poco saludable y solo 6.9% de los estudiantes realiza la actividad física recomendada por la OMS. Los resultados más altos para obesidad los obtuvieron los alumnos de 5to curso de primaria y secundaria, con un 16.1%, y 14.9% respectivamente.
Menos del 20% de los estudiantes realiza una frecuencia de consumo diario de frutas y verduras. Más del 70% de los estudiantes consume embutidos, dulces y refrescos más de lo recomendable.
En cuanto a los factores asociados, se obtuvo que las niñas tienen mayor riesgo de sobrepeso-obesidad, y se evidenció una estrecha relación entre los antecedentes familiares de diabetes mellitus y obesidad de los familiares.
Por otro lado, la prevalencia de infrapeso fue de 3%, observándose más en varones adolescentes, asociados principalmente con antecedentes de anemia en la región Este del país.
“El objetivo de este estudio es contribuir con el cambio necesario para mejorar el estado nutricional de nuestros niños, niñas y adolescentes, y así disminuir el índice de obesidad y sobrepeso en su vida de adultos, para prevenir enfermedades cardiometabólicas, diabetes mellitus e hipertensión”. Indicó el Ministro Daniel Rivera.
Además, afirmó que la “transformación en la cultura de alimentación debe comenzar en el hogar y continuar en la escuela. Que los niños cuenten con una formación y conciencia de lo que es importante y oportuno consumir. Frutas vegetales, carnes magras. Recomendó disminuir azúcar, sal y carbohidratos.”.
Por su parte, el INABIE describió las acciones puestas en marcha, tras el estudio, que incluyen modificaciones en el menú del programa de alimentación escolar, con los fines de continuar ofreciendo platos nutricionalmente balanceados y más saludables a los niños. Así como un plan de seguimiento a los niños con estado nutricional inadecuado, para mejorar su salud.
“Como bien hemos dicho, retiramos los néctares azucarados que eran una fuente que incidía en los índice de obesidad. Y con proyectos como la posible inclusión de frutas y otros productos más nutritivos desde el INABIE estamos dando respuesta a esta situación que empieza en las casas de los estudiantes, pero se extiende a las aulas”, resaltó Víctor Castro, director ejecutivo del INABIE.
El acto contó con la presencia de la primera dama, Raquel Arbaje, quien valoró la investigación como un precedente de interés para afrontar el problema de la obesidad y el sobrepeso, principalmente desde la niñez.
“Sin estadísticas no hay planificación, contar con datos es lo que nos permite establecer las estrategias oportunas para un control, tanto en la alimentación de los infantes, como en su desarrollo y crecimiento”, expresó.
La investigación fue elaborada basándose en la antropometría (talla, peso) de los escolares y la aplicación de una encuesta nutricional en la que se indagó sobre la actividad física de los alumnos, la calidad de los alimentos que consumían, y preguntas sobre antecedentes familiares de hipertensión, diabetes y obesidad.
“Se intervinieron 53 centros públicos a nivel nacional con el Programa de Alimentación Escolar (PAE), donde fueron evaluados más de 5,000 estudiantes de primaria y secundaria de 5-19 años, con previa autorización de los padres y tutores”
Sobre el estudio
Sobre el estudio, Nelson Martínez director de Investigación de MISPAS dijo que:
Solo el 10 por ciento de los padres dijo que sus hijos consumen vegetales, diariamente solo el 18 por ciento consume frutas. Un 65.6 por ciento de los padres dijo que sus hijos consumen leche semanalmente.
La mayoría de los estudiantes consumen carnes rojas diariamente. Embutidos dulces, refrescos las pautas es que no se consuman pero se reportó que sí se consumen, regularmente más de dos veces a la semana. Solo el 6.9 por ciento realiza actividad física a la semana.
El estudio se aplicó q unos 5 mil niños en edades comprendidas entre los 5 a 11 años, mayoría del sexo femenino.
La investigación fue elaborada basándose en la antropometría (talla, peso) de los escolares y la aplicación de una encuesta nutricional en la que se indagó sobre la actividad física de los alumnos, la calidad de los alimentos que consumían, y preguntas sobre antecedentes familiares de hipertensión, diabetes y obesidad.
Se intervinieron 53 centros educativos públicos a nivel nacional en los que funciona el Programa de Alimentación Escolar (PAE), donde fueron evaluados más de 5,000 estudiantes de primaria y secundaria de 5-19 años, con previa autorización de los padres y tutores.
Medidas
El INABIE describió las acciones puestas en marcha, tras el estudio, que incluyen modificaciones en el menú del Programa de Alimentación Escolar, tales como reducción de azúcar y sodio, con los fines de continuar ofreciendo platos nutricionalmente balanceados y más saludables a los niños.
Además, se trabaja en proyectos para fortificar el arroz consumido por los escolares y se han estrechado coordinaciones interinstitucionales para el seguimiento a los estudiantes en estado de malnutrición, para mejorar su salud.
También se están fortaleciendo los programas de Educación Alimentaria y Nutricional dirigidos a los escolares, padres y comunidad educativa con la finalidad de promover alimentación y un estilo de vida más saludable.
Hay tres factores de riesgos que tienden a que los niños tengan infrapeso, la edad, sexo influye.
La mayoría de los niños con sobrepeso está en la región Norte del país, en segundo lugar se encuentra la región Este y por último la Suroeste.
Más del 70 por ciento consume embutidos. 3 por ciento de los estudiantes presenta infrapeso.
Recomendaciones:
Hay que contribuir a reforzar los programas de alimentación, promover la práctica de educación física, realizar intervenciones nutricionales para lograr una mejora, continuar las investigaciones en torno a este tema. Implementar cambios necesarios en el currículo escolar.