Miles de indocumentados mexicanos se reunieron con sus seres queridos en la región fronteriza entre México y Estados Unidos después de años de estar separados por su situación migratoria.
Este encuentro fue posible gracias al evento binacional “Abrazos, no muros”, con el que pudieron reencontrarse unos breves minutos.
En medio del júbilo a ambos lados de la frontera hubo abrazos y mariachis.
“Gracias a este programa voy a poder ver a mi familia. Ojalá y no fueran solamente tres minutos, ojalá y fuera una hora. Voy a ver a mi hermano y mi cuñada. En ocasiones anteriores por este mismo programa los he visto, pero mi padre murió hace dos años y no los alcanzó a ver”, declaró a EFE Nuri Yanet, una de las asistentes al evento.
Otro caso es el de Juan Carlos Regoza, quien tenía 18 años sin ver a su hermana.
“Se me hace fantástico el evento, mi padre viene desde Veracruz a ver a su hija, fue un viaje de tres días. Aquí lo importante es que para el amor no hay muros y estoy muy agradecido”, señaló.
También dijo que “es muy difícil estar separado de sus seres queridos, no se lo recomiendo a nadie”.
Un ejemplo más es el de Melanie Solís, quien dijo a EFE: “Voy a ver a mi hermana, tengo ocho años sin verla y mi sobrina no la conozco, ella tiene cuatro años”.
Para Solís esta es “una oportunidad grandiosa”, ya que por fin conocerá a su familia del otro lado de la frontera de México.
“Muy contenta que vamos a poder dar abrazos a nuestros seres queridos”, agregó.
En este acto fue recordado el hecho donde un grupo de migrantes mexicanos fueron atacados a balazos por estadounidenses, quedando un hombre muerto y una mujer gravemente herida, en la región de Sierra Blanca, en el estadounidense estado de Texas.
“Yo creo que ya superamos la cantidad de 1.000 migrantes fallecidos mientras cruzan la frontera, y esa es una crisis humana, es una crisis de derechos humanos y nos tiene que importar a todos”, dijo Fernando García, líder de la Red Fronteriza de Derechos Humanos.
Detalló que una de las crisis en el país norteamericano es la separación de las familias por la política migratoria que se adopta en ambos lados de la frontera.
García añadió que hay historias dramáticas, donde madres tienen años sin ver a sus hijos por la condición migratoria de las dos partes.
“La paradoja, aquí donde estamos hay un muro fronterizo que costó millones su construcción y cuesta su mantenimiento. Nosotros hicimos aquí una estructura, un puente para poder unir a las familias, con recursos comunitarios”, señaló.
Residentes latinos de Texas que viven en zonas fronterizas con México denunciaron recientemente acoso, discriminación y detenciones injustificadas por parte de los oficiales desplegados por el gobernador Greg Abbott, como parte de su polémica Operación Estrella Solitaria, que busca contener el flujo migratorio.
El evento es un reflejo del drama de la región, que vive un flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha interceptado a más de 2,15 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022.
De esta última cifra se presume que más de una cuarta parte son mexicanos, alrededor de 744.000 personas.
EFE