El presidente de Chile, Gabriel Boric, apartó hoy de la primera línea a dos de sus ministros más afines y mediáticos, Izkia Siches y Giorgio Jackson, fuertemente criticados por la oposición, y dio un giro hacia el centro izquierda con la primera remodelación de su gobierno en sus seis meses de gestión.
Una restructuración emprendida tras el triunfo del rechazo en el plebiscito constitucional del domingo y que quedó marcada por la polémica después de que el mandatario tuviera que retirar en menos de una hora el nombramiento de un exlíder estudiantil del Partido Comunista como subsecretario de Interior ante las críticas de la derecha.
UNA MINISTRA DE INTERIOR EN EL DISPARADERO
La salida de Siches del Ministerio de Interior era un clamor repetido por la oposición casi desde que fue nombrada, y que creció en estos seis meses debido a los errores cometidos por la propia ministra, al aparente incremento de la criminalidad y la escalada de la violencia en la “macrozona sur”, escenario de un conflicto ancestral entre colonos, el Estado, comunidades mapuche y multinacionales agrícolas y madereras.
Médica de profesión, amiga del presidente, a Siches también le ha pasado factura la gestión de la crisis migratoria que el país arrastra desde el Gobierno anterior
En su lugar, el presidente colocó a otra mujer, Carolina Tohá, miembro del moderado Partido por la Democracia (PPD), una política que también resulta polémica para la oposición por su pasado político y familiar.
Tohá es hija de José Tohá, el primer ministro de Interior del presidente Salvador Allende, derrocado en 1973, hombre encarcelado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1989).
Primera mujer elegida alcaldesa de Santiago por votación popular (2012-2016), nada más conocerse la noticia las redes sociales recordaron que tiene un proceso pendiente en la Contraloría desde 2019 por presuntos gastos improcedentes y sin respaldo derivados de su gestión como alcaldesa.
EL AMIGO DEL PRESIDENTE
Otras de las figuras más polémicas del gabinete era la de Giorgio Jackson, ministro secretario general de la Presidencia y encargado de las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo, quien recibía críticas tanto de la oposición como de parte de los miembros de la coalición.
Hijo político, al igual que el presidente, de las protestas estudiantiles de 2011 y amigos, su cambio de cartera -ha sido nombrado ministro de Familia y Desarrollo Social-, supone también la salida del influyente Comité Político de Revolución Democrática-, partido con fuerte peso en la coalición Apruebo Dignidad.
En su sustitución, Boric eligió a Ana Lya Uriarte, de 60 años, militante del Partido Socialista, que se desempeñaba como jefa de gabinete de Siches en el ministerio de Interior.
Uriarte, abogada de la Universidad de Chile y una larga trayectoria en cargos públicos, ya ocupó este cargo durante la segunda administración de la expresidenta socialista Michelle Bachelet (2014-2018).
GIRO HACIA EL CENTRO IZQUIERDA
La reforma cambia también los equilibrios en el Comité Político, el órgano que lidera el presidente y en el que se delinean las estrategias y se toman las decisiones más relevantes, y supone un giro hacia el centro al aumentar el número de miembros cercanos a la Concertación de partidos que gestionó la transición.
Uriarte, Toha y el ministro de Hacienda, Mario Marcel, que conserva su puesto, se inscriben en el llamado socialismo democrático, mientras que la inclusión de la ministra de Trabajo, Janette Jara, del Partido Comunista, y la continuidad de su compañera y ministra portavoz, Camila Vallejo, y la ministra de Mujer, Antonia Orellana, mantienen la influencia de Apruebo Dignidad.
CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN
Además de la polémica por el nombramiento fugaz de subsecretario de Interior, Nicolás Cotaldo Astorga, la oposición criticó la remodelación al opinar que no era “lo suficientemente profunda”.
El partido conservador Renovación Nacional aseguró, incluso, que no acudirá a la reunión que ha convocado el presidente con todos los partidos para analizar cómo proseguir con el itinerario constitucional.
Boric “no ha entendido la tremenda derrota de sus ideas porque en su discurso se atrincheró”, dijo el senador de extrema derecha Rojo Edwars.
Su colega de la coalición de derechas “Chile Vamos” Juan Antonio Coloma fue más cauto y advirtió que “hay que ver si lo que cambia es la receta o el cocinero”.
“Y espero que sea lo primero porque el gobierno se había dedicado a ganar el plebiscito y no a resolver los problemas de la gente de seguridad, delincuencia e inflación”, añadió. EFE