El tenor español Plácido Domingo se desligó de la secta que operó durante décadas en Argentina a través de la fachada de una escuela de yoga y que, en realidad, sometía a sus “alumnos” a la servidumbre, abuso y explotación sexual, además de que sus dirigentes se apropiaban de sus bienes y lavaban dinero.
“Han visto que está todo comprobado, que no hay nada”, afirmó el artista en entrevista con el canal mexicano Televisión Azteca, en las primeras declaraciones que ofrece luego de que se difundieran audios en los que habla con una de las integrantes de la secta, supuestamente para pactar un encuentro sexual.
“Lo que siento mucho es que era un grupo de amigos que consideraba músicos y que estuvimos [juntos] en una ocasión”, dijo al reconocer que la voz que se escucha en las grabaciones es suya.
Según Domingo, se limitó a invitarlos a trabajar. “Desgraciadamente no ha sido así, pero bueno, en fin, desde luego que yo no tengo nada que ver en eso”, insistió.
En medio del escándalo que rodea al tenor, se confirmó la cancelación de los recitales que tenía previstos realizar en octubre en Chile. Su promotora aseguró que se debía a “problemas logísticos”.
La conmoción por este caso comenzó el pasado 12 de agosto, gracias a los allanamientos realizados en la Escuela de Yoga de Buenos Aires, que estaba ubicada en un barrio de clase media de esta capital, que fue fundada en los años 80 y que amplió sus operaciones a diversas ciudades estadounidenses. Hasta ahora han sido detenidos 19 de sus integrantes.
Desde ese día se especuló sobre las relaciones de los dirigentes de la secta con personajes famosos y poderosos, aunque en principio no se ofrecieron nombres concretos.
El primero que apareció gracias a una serie de escuchas telefónicas que fueron filtradas a los medios de comunicación fue el de Domingo, el cantante de 81 años que en 2019 pidió perdón luego de que se demostraran las acusaciones de acoso sexual que interpusieron varias artistas que trabajaron con él.
En la primera llamada, una mujer que todavía no ha sido identificada, pero que trabajaba en la “escuela”, le avisa a Juan Percowicz, el líder de la secta, que Domingo planeaba un encuentro. En la segunda, la mujer habla con el tenor, quien le asegura que ya había organizado todo para que ella pudiera a pasar a la habitación de su hotel.
Finalmente, la mujer vuelve a llamar a Percowicz, el jefe de la secta que se hacía llamar ‘El Ángel’ o ‘El Maestro’ y que hoy tiene 85 años, y le cuenta que había arreglado la cita con Domingo.