En lo que va de año, la tasa de interés de la política monetaria del Banco Central de la República Dominicana ha aumentado de 4.50 a 7.25% debido a las presiones inflacionarias de origen externo, como el impacto del covid-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania que ha aumentado los costos de las materias primas.
El 2021 finalizó con un aumento de 3.50 a 4.50%, para un incremento de 100 puntos básicos en la política monetaria, momento en el que todavía no había iniciado la guerra entre los dos países, que inició el 24 de febrero.
Desde entonces, la tasa de interés ha aumentado de manera agresiva mes tras mes, en sintonía con países como Estados Unidos, que ha subido su tasa de interés al nivel más alto en los últimos 40 años.
Según los registros que publica el Banco Central, la última vez que la tasa de política monetaria estuvo tan alta fue en enero de 2009, cuando se fijó en 8.50 %. Esta sería la tasa más alta en los últimos 13 años.
El organismo basó su decisión en una “evaluación exhaustiva” del comportamiento reciente de la economía mundial y su impacto sobre la inflación, influenciada por los conflictos geopolíticos y el choque de costos global.
En ese orden, indicó que la dinámica de los precios continúa afectada por factores externos que han sido más persistentes de lo previsto, asociados al incremento extraordinario de los precios del petróleo y de otras materias primas, así como los elevados costos del transporte internacional de contenedores y otras disrupciones en las cadenas de suministros.
n adición a estos componentes externos, en los últimos meses se han comenzado a verificar presiones internas en la medida que la demanda agregada se ha recuperado notablemente con relación a los niveles previos a la pandemia y se ajustan las tarifas de diversos servicios de la economía.
En particular, la variación mensual del índice de precios al consumidor (IPC) se situó en 0.49 % durante mayo de 2022, mientras que la inflación interanual, es decir en los últimos 12 meses, se moderó ligeramente hasta 9.47 %.
Por otro lado, la inflación subyacente interanual, que excluye los componentes más volátiles de la canasta, alcanzó 7.29 % en mayo, reflejando efectos de segunda vuelta en la producción asociados a choques de oferta de origen externo y a presiones internas de demanda.