INFOBAE.- Las personas con VIH tienen una mayor tasa de infecciones por COVID-19 después de la vacunación, en comparación con las personas sin VIH, según los resultados de un estudio dirigido por investigadores de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins. El trabajo fue publicado en la revista de medicina JAMA Network Open.
Los investigadores analizaron los registros de salud sin identificar la identidad entre casi 114.000 personas completamente vacunadas con dos dosis de vacunas de ARN mensajero de las empresas de Moderna y de Pfizer/BioNTech o una dosis de la vacuna de vector viral de Johnson & Johnson desde el 30 de junio de 2021 hasta el 31 de diciembre de 2021.
Al comparar a los que inmunizados que tenían la infección con el VIH previamente y con los que no la tenían, los investigadores descubrieron que la probabilidad de obtener un resultado positivo en el testeo o un diagnóstico de COVID-19 dentro de los nueve meses posteriores a la vacunación completa, aunque es baja, era un 28% mayor entre las personas con VIH.
Tras leer el nuevo estudio en EE.UU, el doctor Marcelo Losso, investigador principal de la Unidad de Investigación de Enfermedades Emergentes del Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires, comentó a Infobae: ”Se trata de un estudio muy interesante que genera datos de buena calidad. Una de las conclusiones que hay que remarcar es la extraordinaria efectividad de las vacunas contra el COVID-19, incluyendo a las personas con inmunodeficiencias o inmunocompromiso”.
Además, Losso agregó que “el hallazgo de una diferencia discreta de efectividad, incluso en pacientes con HIV y CD4 más elevados, es interesante para observar en otras cohortes. Considero que hoy lo importante a destacar es que todas las personas deben cuidarse para no adquirir la infección por el coronavirus”. Además de la vacunación, también el barbijo o mascarilla, la ventilación permanente en espacios cerrados, y el distanciamiento son medidas efectivas de prevención.
¿Qué encontraron los investigadores de los Estados Unidos? Determinaron tras analizar los datos que el riesgo de que se produzca un brote de la infección durante el período examinado fue del 3,8 por ciento para el grupo de personas sin VIH y del 4,4 por ciento para el grupo con VIH.
“Estos hallazgos deberían alertar a todas las personas con VIH sobre su mayor riesgo de contraer la infección por COVID-19, y pueden servir de base para las recomendaciones oficiales sobre la vacunación contra COVID-19 para las personas con VIH”, afirmó la autora principal del estudio, la doctora Keri Althoff, profesora asociada del Departamento de Epidemiología de la Escuela Bloomberg.
Desde el inicio de la pandemia, las autoridades sanitarias han mostrado su preocupación por el riesgo potencialmente elevado del COVID-19 en las personas con sistemas inmunes debilitados, incluidas las que tienen el VIH. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan actualmente que las personas “moderada o gravemente inmunodeprimidas” -categoría que incluye a las personas con VIH que no reciben tratamiento o tienen recuentos bajos de células T CD4- reciban una dosis adicional de la vacuna como parte de su serie de vacunación primaria, seguida de un refuerzo. Hasta ahora, los estudios han generado relativamente pocos datos sobre los resultados de la vacunación en personas con VIH.
Para su estudio, Althoff y sus colegas agruparon los datos a nivel individual de cuatro sistemas de salud de EE.UU., para crear una población de estudio denominada cohorte del Equipo de Epidemiología Corona-Infecciosa-Virus (CIVET). La cohorte CIVET contiene registros de aseguradoras de salud privadas, el sistema de atención médica de Asuntos de Veteranos y un sistema de salud afiliado a la academia. Los pacientes de la población del estudio habían recibido atención por diversas afecciones antes de la pandemia de COVID-19.
Los investigadores examinaron los registros de 113.994 personas que se habían vacunado completamente antes del 30 de junio de 2021. Comparando las 33.029 personas con el VIH de la muestra con las 80.965 personas sin el virus (en función de la edad, la etnia, el sexo y la fecha de vacunación completa), compararon las tasas de infecciones por el coronavirus de los dos grupos durante los primeros nueve meses posteriores a la vacunación, o hasta el 31 de diciembre de 2021, lo que ocurriera primero.
Las tasas de afectados por el virus en ya inmunizados -3,8% para el grupo sin VIH y 4,4% para el grupo con VIH- son mucho más bajas que la tasa de COVID-19 en personas no vacunadas. Esto demuestra un fuerte efecto protector de la vacunación. Sin embargo, el análisis indicó que el riesgo global de infección por el virus era un 28% mayor en el grupo con VIH en comparación con el grupo sin VIH, después de ajustar las diferencias entre los grupos.
Además, el estudio descubrió un riesgo creciente de brote con el aumento de la supresión inmunitaria, medida a través de la disminución de los recuentos de las células CD4. Las personas con recuentos de CD4 que indican una supresión inmunitaria moderada en las personas con VIH -en el intervalo de 200-350 células/mm3- presentaban un aumento estadísticamente significativo del riesgo de brote en comparación con las personas sin VIH. Esto sugiere, según Althoff, que las personas con VIH y supresión inmunitaria moderada podrían tener que ser incluidas en las directrices de los CDC para las dosis adicionales de la vacuna en la serie de vacunación primaria.
“Los responsables políticos que establecen las directrices deberían considerar los beneficios y los riesgos de una dosis adicional de la vacuna en la serie primaria no sólo para aquellos con VIH grave o no tratado, sino también incluir a aquellos con inmunodepresión moderada o incluso a todas las personas con VIH”, afirmó la primera autora del estudio, Sally Coburn PhD, becaria postdoctoral en el Departamento de Epidemiología de la Escuela Bloomberg.
Althoff y sus colegas están realizando un estudio de seguimiento para determinar si las personas con VIH vacunadas tienen no sólo mayores tasas de infección por el virus, sino también mayores tasas de hospitalización después de la infección por el virus.
Según el resultado preliminar de ese trabajo, el riesgo de una enfermedad grave por COVID-19 dentro de los 28 días siguientes a la infección fue bajo entre las personas vacunadas y las que no lo están. Sin embargo, las personas con VIH ya vacunadas y con inmunosupresión moderada y severa tuvieron un mayor riesgo de infección severa.
“Puede estar justificado recomendar dosis adicionales de vacuna y estrategias de reducción del riesgo para las personas con inmunodepresión moderada”, afirmaron los investigadores.