Un diminuto fragmento del asteroide que chocó contra la Tierra hace 66 millones de años podría haberse encontrado encapsulado en ámbar, un descubrimiento que la NASA describió como “alucinante”.
Se trata de uno de los sorprendentes hallazgos en un yacimiento fósil único en la formación Hell Creek, en Dakota del Norte, que conservó restos del cataclismo que puso fin a la era de los dinosaurios, un punto de inflexión en la historia del planeta.
Entre los fósiles desenterrados se encuentran peces que absorbieron los restos expulsados durante el impacto, una tortuga atravesada por un palo y una pata que podría haber pertenecido a un dinosaurio que presenció el impacto del asteroide.
La historia de los descubrimientos se revela en un nuevo documental llamado Dinosaur Apocalypse, que cuenta con la participación del naturalista Sir David Attenborough y el paleontólogo Robert DePalma y que se emite este miércoles en el programa de PBS “Nova”.
DePalma, investigador de posgrado en la Universidad de Manchester (Reino Unido) y profesor adjunto del Departamento de Geociencias de la Universidad Atlántica de Florida, empezó a trabajar en Tanis, como se conoce el yacimiento de fósiles, en 2012.
Las llanuras polvorientas y expuestas contrastan fuertemente con el aspecto que tendría el yacimiento a finales del periodo Cretácico. Por aquel entonces, el Medio Oeste estadounidense era una selva pantanosa, y un mar interior que ya desapareció —conocido como el Canal Interior Occidental—, se extendía desde lo que hoy es el Golfo de México hasta Canadá.
Tanis está a más de 3.000 kilómetros del cráter de impacto de Chicxulub que dejó el asteroide que chocó frente a la costa de México, pero los primeros descubrimientos realizados en el lugar convencieron a DePalma de que proporciona una rara evidencia de lo que llevó al fin de la era de los dinosaurios.
El yacimiento alberga miles de fósiles de peces bien conservados que, según DePalma, quedaron enterrados vivos por los sedimentos desplazados cuando una enorme masa de agua desatada por el impacto del asteroide ascendió por el canal marítimo interior. A diferencia de los tsunamis, que pueden tardar horas en llegar a tierra después de un terremoto en el mar, estas masas de agua en movimiento, conocidas como seiche, surgieron instantáneamente después de que el enorme asteroide se estrellara en el mar.
El investigador está seguro de que los peces murieron una hora después del impacto del asteroide, y no como consecuencia de los enormes incendios forestales o del invierno nuclear que se produjo en los días y meses siguientes. Eso se debe a que se encontraron alojadas en las branquias de los peces “esférulas de impacto”, pequeños trozos de roca fundida arrojados desde el cráter al espacio donde cristalizaron en un material similar al vidrio. El análisis de los fósiles de los peces también reveló que el asteroide impactó en primavera.
“Una prueba tras otra empezaron a apilarse y a cambiar la historia. Fue una progresión de pistas como una investigación de Sherlock Holmes”, dijo DePalma.
“Da una historia momento a momento de lo que ocurre justo después del impacto y acabas obteniendo un recurso de gran riqueza para la investigación científica”.
Muchos de los últimos descubrimientos revelados en el documental no han sido publicados en revistas científicas.
Michael Benton, profesor de Paleontología de Vertebrados de la Universidad de Bristol, que actuó como asesor científico en el documental, dijo que, si bien era una “cuestión de convención” que las nuevas afirmaciones científicas debían pasar por una revisión por pares antes de ser reveladas en la televisión, él y muchos otros paleontólogos aceptaron que el yacimiento de fósiles realmente representa el “último día” de los dinosaurios.
“Algunos expertos han dicho ‘bueno, podría ser el día después o un mes antes…’ pero yo prefiero la explicación más sencilla, que es que realmente documenta el día en que el asteroide cayó en México”, dijo por correo electrónico.
Origen cósmico
La mayoría de las esférulas de impacto vidriadas que revelaron por primera vez a DePalma las huellas del impacto del asteroide se conservan como arcilla a consecuencia de los procesos geológicos de millones de años. Sin embargo, DePalma y sus colaboradores también encontraron algunas esférulas que cayeron en la resina de un árbol en la superficie de un tronco aquel fatídico día y se conservaron en ámbar.
“En ese ámbar localizamos una serie de esférulas que quedaron básicamente congeladas en el tiempo, porque, al igual que un insecto en el ámbar que se conserva perfectamente, cuando estas esférulas entraron en el ámbar, el agua no pudo llegar a ellas. Nunca se convirtieron en arcilla, y se conservan perfectamente”, dijo.
Es “como conseguir un frasco de muestras, retroceder en el tiempo y obtener una muestra del lugar de impacto y luego guardarla para la ciencia”, dijo DePalma.
Pudieron localizar una serie de pequeños fragmentos de roca sin fundir dentro de las esférulas de vidrio. La mayoría de estos pequeños fragmentos de roca eran ricos en calcio, probablemente procedentes de la piedra caliza que se encuentra bajo la península de Yucatán, dijo DePalma.
“Pero dos de ellos eran muy diferentes en su composición. Había muchos niveles de cromo y níquel y otros elementos que solo son comunes en el material meteorítico, y esos fragmentos, según nuestro análisis preliminar, son casi seguramente de origen cósmico”.
DePalma dijo que esperan poder confirmar de qué estaba hecho el asteroide y de dónde podría ser, esfuerzos que han llamado la atención de la NASA; DePalma presentó sus hallazgos el mes pasado en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la agencia en Greenbelt, Maryland.
“Este ejemplo de lo que podría ser un pequeño fragmento, tal vez microgramos, del asteroide que colisiona, el hecho de que se conserve un registro de ello, sería alucinante”, dijo el científico jefe de Goddard, Jim Garvin, que ha estudiado los cráteres de impacto en la Tierra y Marte.
Pata de dinosaurio
Una pata de dinosaurio excepcionalmente conservada y con la piel intacta es otro de los descubrimientos del yacimiento Tanis que aparecen en el documental, que se emitió por primera vez en el Reino Unido en abril, y que ha dado que hablar en el mundo de la paleontología.
Se han encontrado muy pocos fósiles del periodo Cretácico en las rocas más altas del registro geológico, y es posible que la extremidad —que pertenece a un Thescelosaurus, un pequeño dinosaurio comedor de plantas que descubrieron DePalma y sus colegas— pudiera haber muerto el mismo día del impacto del asteroide. La conservación de tejidos blandos como la piel sugiere que su cuerpo no tuvo tiempo de descomponerse antes de ser enterrado en el sedimento.
“Las dos únicas hipótesis posibles son que muriera en el oleaje o que muriera inmediatamente antes (del impacto del asteroide), pero tan cerca en el tiempo que no tuviera tiempo de descomponerse. No se trata de algo que haya muerto años antes y luego se haya rehecho. Eso no ocurre con un tejido blando así”.
El análisis detallado de los huesos de la pata del dinosaurio podría arrojar luz sobre cómo eran las condiciones previas al impacto.
Otros hallazgos interesantes del yacimiento son un huevo de pterosaurio fosilizado, el primero encontrado en Norteamérica. Demuestra que los huevos de los gigantescos reptiles voladores eran blandos como los de muchos reptiles actuales. Una tortuga fosilizada con un palo de madera atravesando su cuerpo es una prueba de que la criatura fue empalada durante la oleada de agua desatada por el impacto del asteroide.
El trabajo que se está realizando en Tanis no solo permite determinar con asombroso detalle lo que ocurrió el día en que cayó el asteroide, sino que también ofrece una visión de un acontecimiento que causó una extinción masiva y de cómo se desarrolló posteriormente esa extinción. DePalma espera que esto proporcione un marco para pensar en la crisis climática actual.
“El registro fósil nos ofrece una ventana a los detalles de un peligro a escala global y la reacción de la biota de la Tierra a ese peligro”, dijo DePalma. “Nos da… una bola de cristal que mira hacia atrás en el tiempo y nos permite aplicarlo a la crisis ecológica y medioambiental actual”.
“Eso es a la vez sorprendente, pero también un beneficio para nosotros. Porque al estudiar este evento de impacto con mayor detalle podemos estar mejor preparados para cuidar nuestro mundo en este momento”.
Fuente: CNN