La seguridad ciudadana sigue siendo un tema en blanco y negro, ya que pocos son los avances en materia de reforma policial. La Policía Nacional ha catalogado las muertes de ciudadanos a manos de agentes de la institución como: errores policiales.
Estos hechos dieron paso a una urgente reforma policial, en Octubre de 2021, que proponía la mejora de las condiciones de trabajo de los policías, con el fin de optimizar la labor de prevención, control y persecución del crimen.
Sin embargo, siete meses después, siguen empeorando los maltratos y abusos del cuerpo policial contra los civiles, con golpes, torturas en cárceles y cuarteles y principalmente, muertes inexplicables que dejan en evidencia que no solo es un tema de reforma salarial e imagen de la institución, sino más bien de preparación y formación profesional.
Ley orgánica de la PN
Dentro de las principales funciones de la Policía Nacional está preservar la vida, y la integridad física y moral de las personas.
Pero agentes de la PN en diferentes puntos del país, han cobrado la vida de tres personas en menos de un mes, que ponen de manifiesto los maltratos a los detenidos y un sinnúmero de detenciones arbitrarias que atentan contra la integridad y los derechos humanos.
El abogado Cándido Simón, expresó “aunque su misión es proteger a los ciudadanos y la ciudadanía, sus bienes, sus derechos y las personas físicas, sin embargo, los entrenan como militares. Y los militares están formados para matar”.
Asimismo, Simón aseguró que esto no es nada nuevo, que muchos casos de muertes a manos de agentes de la Policía Nacional se han denunciado, “Esto sigue dejan dejando al descubierto la falta de preparación y ética de los agentes que se supone están para protegernos”.
Muertes a manos de agentes
En enero de 2015, el artista plástico Nelson Díaz Henríquez, aquejado por un deterioro mental, supuestamente, fue interceptado por tres agentes del Autoridad Metropolitana de Transporte, (AMET) mientras corría desnudo en la Avenida 27 de Febrero esquina Máximo Gómez y fue esposado y golpeado hasta la muerte.
Al igual que el joven Robinson Ramón Méndez, de 27 años, quien el pasado 26 de septiembre, según la versión de la Policía se rehusó a entregarles una pistola de su propiedad, la cual manipuló con intenciones de usarla, por lo que el oficial a cargo le disparó para neutralizarlo, pero su familia desmintió esa versión.
Otro caso ocurrido a principios de junio del 2021, cuando Manuel Alejandro, de 54 años, quien guardaba prisión en el destacamento de Marilópez en el sector Pekín, en Santiago, también fue hallado muerto en dudosas circunstancias.
Otra muerte que conmocionó al pueblo dominicano fue la arquitecta Leslie Rosado quien murió a manos de un policía que se encontraba fuera de servicio.
Otro caso que consternó a la sociedad, fue la pareja de cristianos que fueron asesinados en plena carretera, cuando regresaban a su hogar.
José Gregorio Custodio
La primera de las tres víctimas del último mes, fue José Gregorio Custodio de San José de Ocoa, el cuál fue detenido en la madrugada del domingo 17 de abril por una llamada de su esposa que denunciaba que el hoy occiso se había puesto violento luego de haber llegado a casa ebrio.
En ese momento sus familiares explicaron que Custodio fue perseguido hasta una clínica en la que se encontraba, de la cual fue sacado sin orden judicial, golpeado contra el pavimento y que incluso le colocaron una bota en el cuello mientras lo apuntaban con escopetas.
Luego de esto fue subido de una forma poco amable a la camioneta de la patrulla y trasladado al destacamento policial donde se produjo su muerte al poco tiempo de ser capturado.
“Lo mataron, me lo mataron asesinos”, exclamó la madre de José Custodio con los ojos lleno de lágrimas.
Richard Báez
Asimismo, le ocurrió al joven peluquero Richard Baéz de 28 años, oriundo de Cienfuegos en Santiago, según narró Santa Báez, madre del occiso, el joven fue interceptado por dos policías de acción rápida, acusándolo de que él tenía una pistola y que les había tirado dos tiros.
“Fue llevado por más de 15 policías al destacamento donde lo golpearon sin piedad”, expresó.
“Yo vine a verlo cuando lo llevaron al seguro que me llamaron, sacaron a Richard Malo del Palacio. Ahí fue cuando yo lo vine a ver, que ya ni siquiera hablaba ni nada”, expresó.
Por su lado, María Durán, esposa del fallecido expresó: “Richard siempre era un hombre de trabajado y nunca portó armas de fuego, como se quiere decir. Ellos iban a la peluquería, incluso Richard pelaba a mucho de ellos gratis”. Se refiere a los mismos policías señalados como los culpables de su muerte.
Durán agregó que no ha sido fácil y que nunca imaginó que eso le podía pasar a él (fallecido): “yo hubiera preferido que estuviera preso, que le hubieran puesto dos años. Tres años no me importa”.
No obstante, tras dos operaciones y 15 días de internamiento, falleció en el hospital a causa de un trauma contuso craneoencefálico, declarado en su acta de defunción como homicidio.
Su madre denunció su muerte como un entramado policial para atracarlo, ya que al momento de su arresto fue despojado por los agentes policiales de 30 mil pesos que llevaba en los bolsillos y que nunca quisieron devolver y que al este preguntar por su dinero lo golpearon nuevamente sin piedad.
Santa Báez, aseguró “ese policía vivía siempre ahí, en la peluquería que él hacía negocio con el hijo mío. El hijo mío le prestaba dinero a él, que le debe todavía 10.000 pesos”.
Richard Báez deja en la orfandad tres hijos y la esposa en estado de gestación del que sería su 4 hijo.
Un joven prestamista catalogado por la comunidad como trabajador y buen ciudadano.
David de los Santos
David de los Santos, un profesor de educación física de 24 años, que el pasado miércoles 27 de marzo salió de su residencia, deprimido sin documentos y sin decir a donde se dirigía, lo que en altas horas de la noche alertó la preocupación de sus familiares.
“Pasó el miércoles esperando, mi mamá desesperada se puso mala y la tuvieron que llevar al médico porque ella, hipertensa, se le subió la presión y tuvieron que intervenirla. Pero estamos esperando David. Ya el jueves amanece y no llegó”, narró Sugeidy Correa, hermana de David de los Santos.
Los familiares buscaron tanto en su área de trabajo, como con sus amigos más cercanos o lugares donde podría haber estado, e hicieron publicaciones en redes sociales solicitando información sobre su paradero.
Sugeidy Correa contó que al continuar la búsqueda recibió una llamada a las 12 de la noche del jueves, de un conocido que aseguraba haberlo visto cuando lo detuvieron en la plaza Ágora Mall.
Al llamar al destacamento de Naco para confirmar le dicen que sí está detenido en el lugar, pero que no está autorizado para hablar. Violando así la ley 06-96 sobre derecho a la llamada que dice en su artículo 1 que “Toda persona privada de su libertad por autoridad policial, militar o judicial, tiene derecho a comunicar a sus familiares, amigos o abogados, por vía telefónica u otra vía posible, las circunstancias y sitio de su detención”.
Además, según el artículo 6 de la misma ley, la violación o desconocimiento del “derecho a la llamada” por parte de las autoridades policiales, militares o judiciales, por cualquier medio o maniobra, será sancionado con pena de tres meses a dos años, e incluso la destitución de sus funciones.
Sin embargo, confiada de que estando detenido estaría custodiado por las autoridades, decidió acudir al día siguiente (viernes), para verlo. Pero para su sorpresa David no estaba en el lugar.
La hermana relató “ahí nos dicen que, no, él no está aquí a él se lo llevó el 911 porque ese muchacho estaba violento. Comenzó a darse golpes, se chocaba en la pared y se le subió la presión”.
Luego de buscarlo dentro del hospital Moscoso Puello por todas partes y no encontrarlo, un amigo ve una camilla con alguien muy grande y sospecha que puede ser él.
Sugeidy Correa explicó “no lo estaban atendiendo. Tenía un suero puesto, pero no le habían hecho más nada. Ahí él está desnudo, sin nada de ropa. Todo, todo golpeado por todo lado. La cara ennegrecida, negrita, los ojos negros y los ojos se le abrumaron. Así mucha sangre por la nariz y por los oídos. Tenía como sangre seca y ya él respiraba así como forzado y como que medio se quejaba. Pero él no abría los ojos. Nunca llegó a abrir los ojos”.
Luego de que la familia se movilizó es que le dan las atenciones haciéndole una tomografía y diagnostican que tuvo un trauma craneoencefálico moderado, con daño axonal difuso y contusiones diversas. Esto coincide con lo expuesto en su acta de defunción que dice que su causa de muerte fue por homicidio.