Kinshasa, (EFE).- Al menos 14 civiles murieron en un nuevo ataque atribuido a los rebeldes de origen ugandés de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC), según confirmaron a Efe activistas de la sociedad civil.
El asalto se produjo este viernes contra el pueblo de Otomabere, en el territorio de Irumu, que forma parte de la provincia de Ituri, dijo a Efe por vía telefónica Christophe Munyanderu, director de la Convención para el Respeto de los Derechos Humanos (CRDH), una organización local.
“Los milicianos de las ADF mataron a 14 civiles. Algunos fueron asesinados con machetes y otros a balazos. Las ADF incendiaron en total trece motos antes de quemar también casas”, dijo Munyanderu.
A causa de la violencia, los habitantes de Otomabere huyeron a aldeas vecinas, aseguró el activista.
“Desde el año pasado, nuestras dos provincias están bajo estado de sitio pero no ha cambiado nada, aunque hay dos ejércitos, de las FARDC (Fuerzas Armadas de la RDC) y de Uganda combatiendo a los rebeldes”, se quejó Munyanderu.
El activista hacía referencia al estado de sitio impuesto por las autoridades en Ituri y la provincia vecina de Kivu del Norte desde mayo de 2021 a causa del aumento de los ataques de rebeldes, así como a la operación conjunta lanzada el pasado 30 de noviembre por Kampala y Kinshasa para derrotar a las ADF.
Las ADF son un grupo rebelde de origen ugandés, pero en la actualidad tienen sus bases en el noreste de la RDC, cerca de la frontera que este país comparte con Uganda.
Según la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (OHCHR), las ADF fueron responsables de unas 1.260 muertes en 2021, convirtiéndose en el grupo armado más letal de la RDC.
Además, las autoridades de Uganda acusaron a las ADF de organizar en noviembre de 2021 tres atentados suicidas dentro de su territorio.
Sin embargo, los objetivos de esta milicia son difusos más allá de una posible vinculación con la organización terrorista Estado Islámico (EI), que en ocasiones se responsabiliza de sus ataques.
Aunque los expertos del Consejo de Seguridad de la ONU no hallaron pruebas de un apoyo directo del EI a las ADF, Estados Unidos identifica desde marzo de 2021 a estos rebeldes como “una organización terrorista” afiliada al grupo yihadista.
Con el objetivo de neutralizar a las ADF, los Ejércitos de la RDC y Uganda empezaron a finales de noviembre de 2021 una operación militar conjunta en suelo congoleño que aún sigue en curso.
Pero la directora de la misión de paz de la ONU en la RDC (MONUSCO), Bintou Keita, reconoció a finales de marzo en un discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU que, a pesar de esas operaciones militares, el número de víctimas civiles y los desplazamientos de población han aumentado.
Keita achacó este “deterioro de la situación de seguridad”, sobre todo, “a las sangrientas represalias de las ADF contra la población de Kivu del Norte e Ituri”.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y los ataques de los soldados del Ejército, pese a la presencia de la MONUSCO, con más de 14.000 efectivos.
La ausencia de alternativas y métodos de subsistencia estables han empujado a miles de congoleños a tomar las armas y, según el Barómetro de la Seguridad de Kivu (KST, en sus siglas en inglés), esta región es campo de batalla de más de un centenar de grupos rebeldes.