Las Fuerzas Armadas suecas dijeron el miércoles que cuatro aviones de combate rusos habían ingresado al espacio aéreo de Suecia al este de la isla de Gotland en el Mar Báltico.
Si bien las incursiones rusas en el espacio aéreo de la nación nórdica ocurren con bastante regularidad, el evento del miércoles fue tratado con un mayor escrutinio dada la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
“En el contexto de la situación actual, nos estamos tomando el incidente muy en serio”, dijo el jefe de la Fuerza Aérea de Suecia, Carl-Johan Edstrom, en un comunicado.
Según el comunicado, la “violación” fue breve, pero los aviones suecos Jas 39 Gripen documentaron y fotografiaron los dos aviones de combate Su-24 y dos Su-27.
La guerra en Ucrania también ha sensibilizado al país escandinavo y el martes la primera ministra Magdalena Andersson anunció que el Gobierno se esforzará por acelerar el rearme del país.
Después del final de la Guerra Fría, Suecia redujo drásticamente el gasto militar. Fue solo después de la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia en 2014 que el parlamento acordó un cambio radical.
Suecia reintrodujo el servicio militar obligatorio en 2017 y reabrió su guarnición en la isla de Gotland en el Mar Báltico en enero de 2018.
En octubre de 2020, aumentó el gasto en defensa en un 40 por ciento con 2.800 millones de dólares que se agregarán al presupuesto de defensa de 2021 a 2025.
Suecia no es miembro de la OTAN, pero coopera estrechamente con la alianza.
Sin embargo, al igual que en la vecina Finlandia, el debate sobre la pertenencia a la OTAN se ha reavivado en las últimas semanas.
Según una encuesta realizada el viernes pasado por la emisora pública SVT, el apoyo a unirse a la OTAN es históricamente alto en Suecia con un 41 por ciento.
El sábado, enfurecido por el respaldo mundial a Kiev, Vladimir Putin reveló su plan para dominar Europa más allá de Ucrania: Suecia y Finlandia.
“Es evidente que el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN, que es ante todo un bloque militar, tendría graves consecuencias político-militares, que requerirían una respuesta de nuestro país”, afirmó -siguiendo el libreto del Kremlin- ayer la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova. La representante de la diplomacia rusa advirtió además que Moscú estaba al tanto de “los esfuerzos dirigidos de la OTAN y algunos países miembros del bloque, ante todo Estados Unidos, dirigidos a incluir en la Alianza a Finlandia y también a Suecia”.
Es que Putin atacó Ucrania después de que Kiev y los países occidentales plantearan sumarse OTAN y ahora quedó claro que un movimiento similar por parte de Suecia o Finlandia podría provocar una ira similar.
Pero Suecia no claudicó en su tradicional apoyo a la democracia y reaccionó de manera contundente: rompió la tradición y anunció que enviará 5.000 lanzacohetes antiblindaje, 5.000 kits de blindaje, 5.000 cascos y 135.000 raciones de campaña a Ucrania.
“Mi conclusión es ahora que nuestra seguridad será mejor si apoyamos la capacidad de Ucrania para defenderse de Rusia”, dijo la primera ministra Magdalena Andersson a los periodistas.
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