A lo largo de las casi tres décadas que lleva dedicándose al mundo de la interpretación son muchas las ocasiones en las que Angelina Jolie ha tenido que hablar en público para presentar una de sus películas o recoger un premio. Sin embargo, la temática de su último acto ha sido muy diferente y en él ha mostrado su parte más vulnerable ya que se trata de un asunto con el que está muy comprometida.
La actriz no ha podido reprimir la emoción al comparecer en el Capitolio de los Estados Unidos para apoyar a las víctimas de la violencia de género y pedir a la esfera política que les muestre su ayuda renovando la Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA). Una petición que finalmente ha tenido el resultado esperado por la intérprete ya que ha sido aprobada tras expirar en 2019 durante el mandato del expresidente Donald Trump.
“Quiero agradecer a los niños que están aterrorizados y sufriendo en este momento, y a las muchas personas para quienes esta legislación llega demasiado tarde. Las mujeres que han sufrido a través de este sistema con poco o ningún apoyo, que aún cargan con el dolor y el trauma de su abuso. Los jóvenes adultos que han sobrevivido al abuso y han salido fortalecidos, no por el sistema de protección infantil, sino a pesar de él, y las mujeres y niños que han muerto, que podrían haberse salvado”, fueron sus palabras.
La protagonista de títulos como Maléfica, Sr y Sra Smith, Lara Croft: Tomb Raider o El intercambio llegaba hasta la sede de las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos acompañada de su hija Zahara, con la que también era fotografiada en el aeropuerto de Washington. Durante su intervención se dirigió a todos los allí presentes con la voz quebrada por la emoción al pedir que se preste atención a las mujeres que sufren de violencia.
“La razón por la que muchas personas luchan por salir de situaciones abusivas es que las han hecho sentir inútiles. Cuando hay silencio de un Congreso demasiado ocupado para renovar la Ley de Violencia contra la Mujer por una década, se refuerza esa sensación de inutilidad. Piensas, ‘supongo que mi abusador tiene razón, supongo que no valgo mucho”, decía.
Además, minutos antes de su ponencia reconocía que su hija de 16 años estaba calmando sus nervios y que se sentía “agradecida y honrada” de participar activamente en esta importante cita.
Angelina explicó a los senadores que su mente en esos momentos estaba en “todos aquellos a los que se les hizo sentir que no tenían poder” y que también tenía presente a los niños que están sufriendo actualmente. En este sentido hizo hincapié en las personas para las que esta ley llega tarde:
Sobre la situación de los más pequeños también habló durante su visita a Washington con el administrador de la Agencia de Protección del Medio Ambiente, Michael Regan, con el que abordó los factores estresantes ambientales y la salud de los niños.
FUENTE: HOLA