Un derrame cerebral puede dejar secuelas de por vida, pero una investigación especializada señala que las mujeres de 35 años o menos tienen mayor riesgo de padecer uno que los hombres.
Un accidente cerebrovascular, también conocido como derrame cerebral, puede tener consecuencias de por vida en la persona que lo sufre, o incluso causar la muerte. Una investigación especializada señala que las mujeres jóvenes tienen más riesgo que los hombres de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico, que ocurre cuando los vasos sanguíneos del cerebro se bloquean.
Especialistas en trastornos neurológicos analizaron 19 estudios internacionales realizados entre 2008 y 2021 en torno a las diferencias entre géneros de los derrames cerebrales. Si bien hombres y mujeres mayores de 55 años presentan un riesgo mayor de sufrir un ACV, las mujeres menores de 35 años de edad tienen más probabilidades de pasar por este trance que los hombres de la misma edad.
En ese sector femenino son más comunes los eventos isquémicos que los hemorrágicos. Un accidente cerebrovascular isquémico ocurre cuando los vasos sanguíneos del cerebro se cierran y la sangre no fluye adecuadamente. Las células cerebrales mueren en minutos, lo que puede causar daños irreversibles o la muerte. Esto puede ocurrir a causa de la acumulación de grasa o por un coágulo sanguíneo que interrumpe el flujo.
Según el estudio, publicado en la revista Stroke de la American Stroke Association, un 44% más mujeres menores de 35 años sufrieron un ACV isquémico en comparación con los hombres de la misma edad. Entre los 35 y los 45 años de edad esta brecha de género se redujo considerablemente y, después de los 45 años disminuye mucho más. Es decir que después de esta edad, el ACV se registra prácticamente de igual forma entre hombres y mujeres.
Además, las secuelas de un derrame cerebral suelen ser más severas para ellas que para ellos. “Las mujeres jóvenes que sobreviven a un accidente cerebrovascular isquémico también tienen peores resultados, con un riesgo de dos a tres veces mayor de peores resultados funcionales en comparación con sus homólogos masculinos”, se lee en la investigación.
Los expertos no encontraron las razones específicas por las que un ACV ocurre con mayor frecuencia en las mujeres jóvenes que en los hombres jóvenes, pero señalan que sus hallazgos enfatizan la importancia de estudiar más profundamente los casos de ACV en grupos de edad más jóvenes.