RT.- Un hombre residenciado en el condado de Cornualles, al suroeste de Inglaterra, se llevó la mejor de las sorpresas al encontrar un anillo de oro romano de 2.000 años de antigüedad en el jardín delantero de su casa, en la localidad de St Just.
Mike Burke, de 54 años, se involucró hace apenas unos días en la detección de metales. Así, después de entusiasmarse al ver la serie inglesa de televisión ‘The Detectorists’, su esposa Julie le regaló en Navidad un detector de metales.
El descubrimiento, que Burke califica como su “mayor tesoro” hasta la fecha, lo hizo justo antes de Año Nuevo, cuando encontró lo que se cree que es un anillo de oro con huecograbado romano, que data de alrededor del siglo I o II d.C. y pesa 12,8 gramos.
El anillo cuenta con una piedra preciosa de calcedonia en la que está grabada Ceres, diosa romana de la agricultura, los granos, la justicia, la paz y la maternidad.
Después de encontrar el anillo, Burke lo enjuagó ligeramente con agua y publicó fotos en un grupo de detección de metales en Facebook, preguntando si en verdad “tenía algo”. Fue cuando los usuarios le recomendaron ponerse en contacto con un funcionario de enlace en materia de descubrimientos, quien notificaría al especialista del condado para que fuese confirmado y registrado oficialmente.
Profesor de matemáticas y oficial retirado de la policía militar de EE.UU., Burke informó sobre la moneda encontrada al responsable de los descubrimientos en el Museo de la Vida de Cornualles. De ser confirmado, este importante hallazgo podría llevar a desafiar teorías anteriores sobre la ausencia de influencia romana en el oeste de Cornualles.
Burke, quien actualmente trabaja como profesor de Habilidades Funcionales de GCSE en Matemáticas en la universidad local de Penzance, dijo que normalmente no busca metales en su jardín delantero, ya que su esposa tiene muchas flores plantadas allí. Sin embargo, en esta ocasión, al pasar por un espacio de tierra vacío decidió intentarlo, ya que “todo se estaba muriendo” y estaban preparando la zona para rastrillar. “No hay problema, a ella no le importará que entre ahí”, pensó.
El exoficial contó que su nuevo pasatiempo lo ayuda a relajarse: “Incluso si estoy fuera con un grupo de otras 40 personas, me pongo los auriculares, me voy a pasear por un campo y estoy solo, en paz y tranquilidad”.
Aparte de este valioso hallazgo, Burke ha encontrado una moneda de dos peniques de los años 70, medio penique de décadas anteriores y un oso de peluche y hojalata que pudo haber sido parte del sonajero de un bebé.